La violencia revolucionaria y sus consecuencias sociales
Por: Regina Cedillo Hernández
¿La sociedad se ha visto obligada a aprender a matar para sobrevivir?
La historia de México está marcada por conflictos violentos los cuales han influenciado a la literatura del país. Como ejemplo de lo anterior, tras la Revolución de 1910, los escritores plasmaron la violencia política y social en sus obras, reflejaron los horrores de la guerra y, aunque cada autor tuvo enfoques distintos, retrataron la cruda realidad de la época, así convirtieron la literatura en un reflejo de estos acontecimientos.
Aunque se sabe que los escritores de temas de la Revolución se inspiraron en hechos reales, la línea entre verdad y ficción en sus obras es difusa, surge la pregunta: ¿la literatura debe separarse de su contexto histórico o verse como complementaria?
En libros como Los de Abajo, de Mariano Azuela, Demetrio Macías enfrenta una serie de actos violentos durante la Revolución Mexicana, lo que lleva a su deterioro mental. Una escena inicial muestra a Demetrio cuando mató a unos federales que acosaban a su esposa, siendo así ilustrada la brutalidad y la necesidad de matar para sobrevivir en medio de la violencia revolucionaria.
En Tropa Vieja, de Francisco, L. Urquizo, Espiridión Sifuentes comienza como un joven campesino, pero termina siendo un soldado porfirista inmerso en la violencia de la Revolución. A diferencia de Macías, cuya participación violenta es evidente desde el principio, la decadencia mental de Sifuentes es más notable debido a sus adicciones, que podrían reflejar su necesidad de escapar de la guerra.
En Fiesta de las Balas, de Martín Luis Guzmán, se narra un episodio terrible de la Revolución Mexicana en el cual un Rodolfo Fierro ficticio, castiga a unos traidores encerrándolos como ganado y llevando a cabo una matanza por el placer de matar.
Expuesto a la violencia constante, Fierro llega a creer que sus acciones son correctas. La obra refleja cómo la guerra transforma a las personas, convirtiéndolas en depredadores. A diferencia de Azuela, cuya crítica se diluye al usar personajes ficticios, la historia de Guzmán es directa y cruda.
En Oro, Caballo y Hombre, de Rafael F. Muñoz, se exploran las consecuencias de la vida violenta de un hombre cruel, en el cual se muestra cómo el personaje de Fierro enfrenta el pago por sus actos cuando sus propios hombres lo abandonan debido a su brutalidad. Los relatos de Guzmán y Muñoz se complementan, se muestran dos facetas de la misma historia sobre un personaje atroz que refleja la ola de violencia de la época.
La narrativa de la postrevolución refleja las consecuencias de la guerra, pero ¿realmente la violencia de la Revolución terminó?
En México, aún se libran batallas contra el narcotráfico, la trata de personas, la extorsión, la delincuencia y la discriminación, entre otros problemas, que parecen haber empeorado con los años. Lo más impactante de la literatura revolucionaria no es sólo la cantidad de violencia que retrata, sino que esta violencia fue real, siendo relevante en la actualidad.
Esto nos puede remitir a la famosa frase “abrazos, no balazos” la cual en México se planteó como una promesa para combatir las guerras contra el narcotráfico. Sin embargo, la realidad muestra que esta promesa no se ha cumplido.
A pesar de los esfuerzos y la intención detrás de la frase, los niveles de violencia en el país se mantienen altos, lo que indica que el objetivo de reducir la misma no se logra de manera efectiva. La frase quedó más como un ideal aspiracional que como una realidad palpable en la lucha contra el narcotráfico en México.
En la actualidad, se encuentran libros dedicados a la lucha contra el narcotráfico, que siguen un patrón similar a la literatura de la Revolución al representar de manera ficticia los sucesos en los carteles como forma de denuncia. Libros como El Narco, escrito por Ioan Grillo, Améxica, escrito por Ed Vulliamy o Zetas, por Ricardo Ravelo son ejemplos de estas historias en las que se narran las acciones violentas generadas por los mismos carteles.
A pesar de los intentos por concientizar a la sociedad sobre los problemas del narcotráfico, la violencia se ha normalizado en la vida cotidiana, debido al amplio historial de actos violentos en México.
¿El recuento de hechos históricos violentos en la literatura alivia o genera más violencia social
