La tendresa del corazón


Erwin Macario
El doctor Francesc Torralba Roselló enriquece mi mundo de palabras: tendresa es “condición del que cede fácilmente a las impresiones, especialmente a los sentimientos afectuosos, al amor. La ternura de su corazón”. Condició del qui cedeix fàcilment a les impressions, especialment als sentiments afectuosos, a l’amor. La tendresa del seu cor.
Así, la ternura del corazón de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) —la tendresa del seu cor—, será este lunes 26 de mayo, a las 18:00 horas, en el Teatro Universitario: la entrega del Doctorado Honoris Causa al defensor tenaz de la ética de la alteridad.
Pedagogía de la alteridad, La otredad, que mejor se expresa en la cátedra, en el aula. Doctorado Honoris Causa, en su versión 24, por actividad docente, aunque es filósofo, teólogo y escritor (más de 100 libros). El excelentísimo señor doctor Francesc Torralba Roselló, como le llaman en la Real Academia Europea de Doctores, se define como profesor, “con el pudor honesto de quien sabe que enseñar no es transmitir información, sino encender una conciencia”.
Dice: “La pizarra es mi patria. Mi lugar natural es el pulso entre tiza y mirada. Hoy sobran pantallas y faltan silencios; la clase se parece a un feed infinito. Mi misión es rescatar el diálogo y la pausa. La vieja Bildung alemana exige tiempo, escucha y riesgo”. Bildung, “cultivo de uno mismo, relacionando filosofía y educación… unificando la individualidad e identidad dentro de la sociedad”.
Dice de Søren Kierkegaard y Edith Stein: “De ambos destilo una antropología de la vulnerabilidad y una ética de la alteridad. Si algo define mi obra es la certeza de que ser ético es no pasar de largo ante la herida ajena”.
“Su pensamiento se ha nutrido de fuentes profundas: la interioridad apasionada de Kierkegaard, la lucidez mística de Edith Stein, la ética de la responsabilidad de Emmanuel Lévinas. Pero no se encierra en altares filosóficos; se sienta también a la mesa de lo cotidiano. Reflexiona sobre la vulnerabilidad, el silencio, la humildad, la muerte, la escucha: esos temas que la modernidad suele dejar en la orilla por no saber qué hacer con ellos”. Bien sabe el rector Guillermo Narváez Osorio: Honrar, honra.