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La rueda de la fortuna

La rueda de la fortuna

La rueda de la fortuna

Ninguna persona u organización está exenta de irrupciones o problemas. Sin embargo, hay quienes reaccionan rápidamente a los imprevistos y toman acciones trascendentales y aquellos que quedan desconcertados ante las perturbaciones, avances tecnológicos, incertidumbres, acciones de los competidores…

La diferencia de adaptación marca una tajante brecha entre triunfadores resilientes y rezagados que pierden o desaparecen del mercado. Lo sorprendente es que el grado de salud que poseen ambos grupos son lo que determina su proclividad a enfrentar retos o “bajar los brazos”.

¿Salud? Si. Aún en las organizaciones este es el factor crucial que logra responder a ¿por qué algunas empresas logran tener éxito, año tras año, operativa, financiera y de otro tipo, mientras otras no? Por el grado de salud organizacional que presentan.

A nivel empresarial la salud está determinada por la eficiencia para tomar decisiones, asignar recursos, operar día a día, liderar equipos…es decir, tener una misión y visión comunes, poseer una estrategia sólida y establecer una permanente innovación.

La salud logra tres veces los rendimientos totales para los accionistas respecto a las organizaciones no saludables. También establecen una mayor resiliencia y rendimiento financiero sin importar que el entorno sea caótico.

De manera paralela, la salud organizacional es el predictor más fuerte de la creación de valor y un factor crítico en la ventaja competitiva sostenida. Presentan un mejor desempeño en operaciones cruciales como las fusiones y adquisiciones, transformaciones, resiliencia y seguridad, por ejemplos.

En si, la relación entre la salud y el rendimiento también se puede cuantificar de otras maneras, como en las áreas de talento y cultura. Los empleados y líderes en culturas poco saludables a menudo se centran en lo que los hizo exitosos en el pasado en lugar de anticiparse al futuro y optar por la actualización e innovación.

La salud institucional también conlleva a una visión a largo plazo y no se enfoca solamente en el trabajo del día a día. Está al tanto de las oportunidades y realiza cambios continuos que le aporten vigencia.

La salud organizacional, asimismo, tiene presentes los vínculos entre la tecnología, datos e innovación. Nunca desestima aportes o mejoras que pueden contribuir a mejorar el desempeño o a presentar más coberturas de mercado. También suele detectar distintas tendencias que incidirán en la gestión. Por ejemplos:

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El liderazgo experimentando una transformación generacional, los datos son el combustible de la innovación diaria o que el talento se convierte en una ventaja competitiva cada vez mayor

Finalmente, existen cuatro prácticas de poder que previenen enfermedades corporativas: la claridad estratégica (quién soy y que quiero lograr), claridad de roles (que hace qué y para qué en cada puesto de trabajo y cómo contribuye cada uno a la misión corporativa), propiedad personal o auto empoderamiento y perspectivas competitivas o propuestas de valor.

La rueda de la fortuna acepta la normalidad de irrupciones y continuos cambios. Pero la salud y fuerza de la organización determinará que respuesta establece para cada situación y cuáles oportunidades obtiene.

 


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