La gran pregunta
Los mexicanos de todas las latitudes del país hemos venido celebrado que por primera vez una mujer haya alcanzado la Presidencia de la República, aunque en lo personal no creo que la Señora Claudia Sheinbaum tenga los arrestos necesarios para imponerse ante el sujeto que la entronizó y la hizo Presidenta de la Republica, y quien lleva el nombre de Andrés Manuel López Obrador.
Que bueno que una mujer haya alcanzado la Presidencia de la República, pero que malo que haya sido la sirvienta del anterior mandatario, porque desde ahora podemos colegir que las cosas no irán bien en los siguientes años. “Aquí vive el Presidente, el que manda vive en frente” se decía en los tiempos del Maximato en este país. Y por desgracia pareciera que estamos ante una nueva etapa de un Maximato encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
Para decirlo más claro, esto no ha sido más que una mascarada que los mexicanos se han tragado porque la realidad indica que quien seguirá al frente de las decisiones será el habitante de Palenque, ese que se mandó a hacer un hospital de primer mundo por si algo le falla con su jodido corazón, y que por cierto también con el dinero de los mexicanos se puso a hermosear el lugar donde ahora presuntamente vive el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero la realidad indica que no hay una mujer en Palacio Nacional, porque la señora Sheinbaum no tiene las riendas del poder, y estas están en Palenque, desde donde se realizan las instrucciones para mantener a los mexicanos ocupados y no nos demos cuenta de que estamos en la antesala de un Maximato, como lo fue en la época de Plutarco Elias Calles.
Claudia Sheimbaun en realidad no es la Presidenta de la República, ella es la representante del poder Presidencial, pero quien toma las decisiones sigue siendo el vil sujeto que desde su ahora idílico rancho da instrucciones a tirios y troyanos en el gabinete para que las cosas se sigan haciendo como él las quiere, y debo señalar que alguna vez considere a Ricardo Monreal como un político cuajado, pero ahora lo veo como uno más de los sirvientes de López Obrador.
No hay nada que celebrar porque una mujer haya llegado a la presidencia de la República, esto no ha sido más que una farsa en el intercambio de papeles en el ejercicio del poder. Claudia Sheinbaum no es más que la Presirvienta de Andrés Manuel López Obrador, y no se ha dado cuenta, pero en los siguientes meses verá que su realidad no es otra que obedecer sin chistar y hacer lo que le indique el Macuspano. Los hechos señalan que es un hombre el que tiene las riendas del poder. Así de simple. Al tiempo.