La fuerza de uno
El tema es sin duda, el asunto de la reforma al poder judicial que, sin ser un experto en leyes, ni mucho menos, es un asunto de vital importancia para el presente y el futuro de México.
La reforma se aprobó en sesión maratónica y ya se encuentra hoy en el Senado.
De todos es conocido, hasta de los propios fanáticos de López que todos lo que tocan destruyen, como por ejemplo el desmantelamiento del sistema de salud, con el INE y ahora quieren hacer lo mismo con el poder judicial.
La propuesta de reforma judicial ha desatado una ola de protestas a nivel nacional e internacional. La iniciativa busca, entre otros aspectos, modificar la estructura del Poder Judicial, limitando la independencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La resistencia es palpable en las calles de México y en los círculos políticos internacionales, especialmente con nuestros principales socios comerciales, pues es la consolidación del poder en una sola persona, en un solo segmento.
Sin embargo, este escenario está puesto desde el 2 de junio, desde el dia que millones de mexicanos votaron por morena y sus aliados.
Desde que se anunció la reforma, miles de personas han salido a las calles en varias ciudades del país. Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Mérida y otras urbes han sido escenario de manifestaciones multitudinarias, con ciudadanos exigiendo que se respete la independencia judicial. Las protestas no solo se han limitado a las capitales, sino que han alcanzado zonas rurales y regiones tradicionalmente menos politizadas, lo que evidencia el malestar generalizado.
El que MORENA asuma el control de los tribunales es un ataque directo a nuestra democracia. Si los jueces no son independientes, ¿cómo podemos esperar justicia?
Las asociaciones de abogados, jueces y académicos también han emitido pronunciamientos en contra de la reforma. La Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD) publicó un comunicado denunciando que esta reforma es una amenaza a los derechos constitucionales. “La concentración de poder en el Ejecutivo sin contrapesos pone en riesgo el sistema de justicia y vulnera las garantías individuales de todos los mexicanos”.
A nivel internacional, organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han emitido comunicados advirtiendo sobre los peligros de esta reforma para el estado de derecho en México. Estados Unidos, en particular, ha expresado preocupación a través de su Departamento de Estado, que señaló en un comunicado que “Las instituciones democráticas fuertes e independientes son la base de cualquier sociedad justa. La reforma judicial en México plantea serios interrogantes sobre el futuro de la independencia judicial en el país”.
En la Unión Europea, diversos miembros del Parlamento Europeo han alzado la voz, alertando sobre el riesgo de que México caiga en prácticas autoritarias similares a las vistas en otras regiones de América Latina.
“Lo que está en juego en México es mucho más que una reforma técnica. Se trata del futuro de su democracia. No podemos ignorar los peligros de la concentración de poder en una sola figura”, afirman.
La batalla final se dará en una seria alterna al senado, pues trabajadores del poder judicial tienen tomada la sede del senado en protesta por lo que quieren hacer, la lucha ha sido intensa. Si bien MORENA y sus aliados han logrado avanzar en la Cámara de Diputados, se han encontrado con una resistencia férrea en el Senado. A falta de un solo voto para alcanzar la mayoría calificada necesaria, la bancada oficialista ha buscado convencer a senadores de oposición para que apoyen la iniciativa. Sin embargo, hasta el momento, no han tenido éxito. Y esperemos que no lo tengan
Senadores del PAN y el PRI han señalado que esta reforma “rompe el equilibrio de poderes” y que no pueden respaldar una propuesta que, según ellos, destruiría la separación entre el Ejecutivo y el Judicial.
En un contexto donde la democracia mexicana ha sido puesta a prueba, la reforma judicial de AMLO ha generado una fuerte polarización. Mientras que el presidente y sus seguidores insisten en que la reforma es necesaria para combatir la corrupción en los tribunales y hacer más eficiente el sistema de justicia, sus detractores temen que el verdadero propósito sea eliminar cualquier resistencia al poder presidencial.
¿Cuál es el futuro de la democracia en México si las instituciones judiciales se ven cooptadas por el poder ejecutivo? A medida que las protestas continúan y la presión internacional aumenta, el desenlace de esta batalla marcará un punto de inflexión en la historia política del país.
El próximo voto en el Senado será clave, y el pueblo mexicano sigue observando con la esperanza de que prevalezca la justicia y el estado de derecho, se corre el riesgo de que existan jueces que sirvan a los intereses particulares, incluso una puerta abierta al que el crimen organizado entre de lleno a dominar el sistema judicial mexicano.
Veremos en estos días si se desmantela la república, si se unge un Judas moderno en la oposición, que será el chivo expiatorio, a quien cargarle la responsabilidad de lo que pase, cuando los responsables y quienes lo permitimos, desde hace meses, fueron aquellos que votaron masivamente por los que hoy derrochan orgullo y prepotencia, sintiéndose los niños de la fiesta, los dueños del balón.
Se atreven a decir que “no hay poder sobre la tierra que los frene”. Veremos, pues a veces solo hace falta la fuerza de uno.
Con ese uno, no pasarán.