Inseguridad plataforma electoral
La oposición defiende la inseguridad, como el principal problema del país, porque está convencida de que es la prioridad. Es decir, terminó por creer sus mentiras.
El conflicto entre bandas del crimen organizado existe, sin embargo, la oposición esgrime como omnipresente y constante ese peligro para toda la población.
La oposición quiere dar la impresión que la violencia que produce el narcotráfico está en todo el país, en todas las calles pero, sobre todo, a la entrada de las escuelas, principalmente las primarias. Toda una telenovela en nombre de la inseguridad. También quiere hacer creer al extranjero que ningún ciudadano escapa a la tentación de ser parte del gran negocio de las drogas y por ello habla de la omnipresencia de la violencia.
La inseguridad estará como insumo de los discursos de la oposición diariamente, en todos los foros, incluyendo donde carecen de voz y voto por mandato popular como las cámaras. Debe aferrarse a una inseguridad, –aislada, ubicada, cercada y a partir de este sexenio, controlada—para continuar teniendo apoyo económico del extranjero, y en el interior del país, para seguir teniendo público y uno que otro votante a su favor.
El fuego se controla primero y después se extingue. La lucha es permanente pero no sólo en enfrentamientos frontales como en el pasado que sólo produce muertes y “daños colaterales”, es a través de las finanzas y el contrario, de laida y entrada de dinero de las fronteras. Mientras tanto, los medios seguirán otorgando espacios, cada vez más extensos a la inseguridad, exaltarán, con diferentes versiones sobre un mismo evento, la sangre sobre el asfalto de un accidente en el norte del país, servirá como imagen a un enfrentamiento en el sur, y las imágenes de muertos de un choque formarán parte de un incidente violento, que es ya costumbre en la televisión comercial.
La oposición desconoce la democracia, considera que se trata de un campo de batalla, desconoce, a pesar de los siglos de existencia de este sistema político, que la oposición es complemento del poder, lo cual no significa sumisión pero sí debate de altura. Así haya un solo legislador en las cámaras ese mexicano es parte de la democracia.
Para la oposición la inseguridad lo destruye todo, pero también construye candidaturas, porque como asegura la oposición, sin bases, el principal problema es la inseguridad, entendida ésta como los pleitos entre carteles, pues quien lo mitigue, resuelva, erradique o extirpe la violencia, podría tener el apoyo mayoritario en las elecciones, incluso se contaría con el voto de la oposición, a juzgar por la urgente necesidad de seguridad en México.
Así, le ahorrarían a Morena todo un proceso de selección para sus candidatos para 2030, porque la oposición se desbocaría a su favor y habría un Presidente de la República que garantice la seguridad sino un mandatario de unidad. Es decir, para la oposición el que erradique la inseguridad sería un héroe, algo así como un superhéroe, por el que votarían sin la menor reserva. Podría decirse que la oposición ya tiene su candidato en Morena, siempre y cuando cumpla con éxito y a la vista de todos, su encomienda.
Mucho de la magnificación de la inseguridad que exalta la oposición tiene el objetivo de golpear al gobierno. Pero si realmente le preocupa la salud, la paz, la tranquilidad social y la democracia, tendrían un candidato único, aunque apoyado por varios partidos.
Tener como bandera la inseguridad magnificada favorece a los enemigos de México de dentro y fuera de las fronteras, no fortalece la seguridad interna la incrementa. Montarse en un conflicto que tiene que ver con luchas en las que sólo participan quienes producen y transportan drogas, exige un profundo análisis y, al mismo tiempo, una solución que desarrolla nuevas alternativas de convivencia nacional.
La oposición agota en la denuncia su única responsabilidad contra la seguridad y dedica el resto de su tiempo laboral a denunciar supuestas complicidades que no ha podido comprobar, pero no es capaz de ver en el conflicto la posibilidad de sumar esfuerzos, condicionados o bajo protesta para mitigar lo que considera el mayor problema de México. Denunciar incluso anónimamente la inseguridad no es la solución, cuando se requiere de mayor compromiso es sólo aumentar el conflicto.
Al tener en la inseguridad la bandera más importante, la oposición no puede considerarse complemento de nada sino enemigo de todo y de todos.
