INE sabotea elecciones
El INE debe ser no sólo el organizador de las elecciones sino el garante de la democracia. Su estructura debe arrojar no sólo personal preparado para vigilar a los partidos que no gasten más dinero del permitido ni cometan delitos electorales sino para ser el brazo teórico de la política electoral del país.
Es por ello que la exigencia académica de los consejeros electorales tiene cada día mayores exigencias. La mayoría han tenido doctorados y su preparación académica es inmejorable. Ya instalados en el placer personal que les produce el poder de sentirse los paladines de la democracia desvían sus principios y sacrifican sus conocimientos ponderando intereses particulares.
El INE ha extraviado la esencia que le dio vida. Nunca se ha apegado a la imparcialidad, al contrario. No ha habido presidente consejero que no demuestre, con sus actos como cabeza visible del instituto, sus inclinaciones por el conservadurismo, ya sea multando con cariño a la derecha y con rigor a ls izquierda. La historia da cuenta de ello.
Los consejeros han sido empleados de intereses muy lejanos a la democracia y muy cercanos a los intereses económicos. Sus excesos han logrado que el ganador de las elecciones, es decir el elegido por la voluntad popular, pierda las elecciones y el perdedor surja del lodo de usurpación al estilo de Victoriano Huerta como el triunfador de un conteo de votos donde hubo muchas anomalías. La historia de cuenta de ello.
Ahora, el INE no quiere que los mexicanos voten. A la derecha le conviene más el abstencionismo que la votación nutrida porque sabe que la mayoría tiene su preferencia desde hace muchos meses, tal vez años.
Intento alejar de la calle a los ciudadanos con el miedo, permitiendo que la oposición dijera que el principal problema del país es la inseguridad. Nunca detuvo esa campaña evidente de miedo en los medios.
A estas alturas de cualquier sexenio anterior, la convocatoria del INE, o del IFE, esta insistente en todos los medios para que la población acudiera a votar. Ay tenía listos los domicilios precisos de las casillas y su obligación de motivar el voto se difundía profusamente. Estamos peor que nunca.
Además, debe proteger el registro de tres partidos que están a punto de perder el registro, precisamente por falta de votos, ya que deben conservador el 3 por ciento de los votos emitidos para mantenerlo. El PRD, PAN y PRI, en ese orden y tienen el riesgo de perder el registro por falta de aceptación entre los electores.
Mientras menos votos haya en las urnas, habrá más posibilidades de que esos tres partidos logren el 3 por ciento de la votación conserven su registro como partidos parásitos, ya que tienen poca aceptación y mucho dinero.
Por otra parte, los obstáculos que colocaron para que el voto de los mexicanos en el extranjero se exprese tienen como origen la obviedad de que en otras latitudes el partido mayoritario es Morena.
Las trabas del INE, el temor a perder privilegios, burocratismo, incapacidad desmotivan a los mexicanos en el extranjero a votar. La pugna entre el INE y los diplomáticos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, muestra que es el INE el encargado de extender la participación pero pone límites. Los consulados en Estados Unidos y otros países con el mayor porcentaje de migrantes, dan facilidades para que se puedan instalar casillas en las embajadas; sin embargo, hubo quienes se ocuparon de reducir los votantes en otros países.
Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores, advirtió que esto no es responsabilidad de la dependencia, pero seguramente al ver el sabotaje del INE, se pusieron a trabajar en el tema.
La autoridad electoral debe refundarse, urge un cambio profundo, con auténticas labores democráticas y no partidistas, como ha trabajado toda su vida.
La autoridad electoral ha tenido verdaderos delincuentes al frente desde un torturados como Fernando Gutiérrez Barrios hasta un militante, declarado, de la derecha como Lorenzo Córdova. Pasando por personajes de triste historia como Patrocinio González Garrido, Jorge Carpizo, José Woldenberg, Luis Carlos Ugalde, entre otros, cuyas, declaraciones, trabajos, acciones favorecen a la derecha
