El Trump anacrónico
Donald Trump quiere regresar a la Casa Blanca como si hubiera sido ayer que cerró la puerta de la oficina oval, por fuera, el 20 de enero de 2021. La población ha cambiado y mucho. S más un viajero del tiempo que un visionario. Cree que las mismas bravuconadas y desproporciones puede conquistar, a pesar de su vacuidad y no se da cuenta que fue un lapso importante para la conciencia del electorado en todo el mundo y en su país, a pesar de ser uno de los más manipulados por los medios, también.
Se trata de una especie de botarga hablando inglés. Con la mitad de su discurso saturado de mentiras y la otra de especulaciones. La gente en el vecino país quiere paz, sabe que aunque no quiera guerra con otros países Trump, es un hombre con discurso violento, tanto que pareciera que va a soltar un golpe en cualquier momento. Esos tiempos ya pasaron para la población estadounidense.
Las guerras perdidas de Estados Unidos dan cuenta de que el camino que escogieron sus gobiernos no es el adecuado y lo demuestran con un abstencionismo creciente que no entusiasma a ningún partido a seguir delante en la contienda porque gane quien gane, carecerá cada día más de legitimidad por esa causa.
Por si fuera poco, el escenario, de agresividad que ronda a Trump, incluyendo el atentado fallido, está la presencia de los latinos con derecho a votar, que cada día son más. La mayoría no olvida sus orígenes y se siente no sólo orgulloso de ellas sino parte del México distante. Las desafortunadas declaraciones Trump al estilo de un vaquero de las películas de los 60, como: “El problema es que está petrificado con los carteles, podrían quitar al presidente en dos minutos. Los cárteles son los que administran México”, se convierten en votos en contra o que se van a la basura vía abstencionismo.
Así, como sucede en América Latina, los conservadores son incapaces de advertir cambios en la sociedad porque su esfera de cristal los aisla y consideran que el tiempo sólo los hace viejos y no hace crecer a los que viven habitándolo.
La captura de El Mayo Zambada, sorprendió a Trump más que a nadie, si seguimos la lectura de su discurso, hecho que lo muestra distanciado de la realidad d la que habla, que, además, es un revés a sus consignas de campaña, cuya perorata deberá cambiar 180 grados, y que no deja de ser un revés a su candidatura.
El vicepresidente había servido para equilibrar las tendencias políticas del candidato a la presidencia. Así el radicalismo de ´peste podrían ser compensadas con la serenidad del otro, pero en este caso, al adoptar a un personaje gris como el senador por Ohio J. D. Vance, la desproporción de cualquier equidad desmorona la estabilidad de cualquier candidato, sobre todo tomando en cuenta que se trata de una “democracia” de sólo dos partidos. Por lo que tienen que inventarse su propio contrapeso al interior de cada uno de esos grupos, pro en este caso la tendencia es radical de parte de Trump y de su vicepresidente Vance, otro fanático del muro fronterizo y de la política racista inmigrante, colocando su postura en un antagonismo anacrónico y extremo.
Trump desconoce el periodo de Felipe Calderón totalmente porque en ese tiempo se dedicó en cuerpo y alma al concurso de Miss USA y Miss Universo, donde concentró toda su capacidad publicitaria de 1996 hasta 2015, después, es decir, a los 54 años, por ahí del 2000, empezó a interesarse por la política, le había cansado vivir de los políticos.
Si conociera la realidad de México de 2006 en adelante, sabría algo sobre el narcotráfico en México, y guardara sus declaraciones para cuando tenga pruebas.
El candidato republicano no es mucho menor que Biden, sólo tres años de diferencia; sin embargo, tiene una visión anacrónica de la realidad de su propio país, no se diga de américa Latina que se transformó a una velocidad sin precedente y del mundo, que tuvo tantos cambios que nunc advirtió el bachiller en Economía, ala que cada día desconoce más, agrado tal que Elon Musk le retiró un apoyo de 45 millones de dólares a su campaña, recurso que destinará a Kamala Harris. Todo por no apoyar en sus discursos, ligeros y beligerantes, poco pensados y peor pronunciados, a los carros eléctricos en el discurso de campaña.
Trump, pareciera haberse equivocado de país, los cambios en Estados Unidos no los conocía o no los comprende y eso representa más peligro que Kamala, que no deja de crecer.