El PAN y el golpe
Luego de la aprobación dela Reforma al Poder Judicial los panistas se dieron cuenta qué clase de líder nacional tienen y la gente advirtió que clase de partido es el PAN. Endeble, amorfo, sin ideología y con intereses particulares muy claros. Es por ello que su vulnerabilidad es cada día mayor y mientras pasa el tiempo mayor es su deterioro.
La votación de Miguel ángel Yunes Márquez en favor de la reforma no es un acto aislado ni el único por el que deba preocuparse el PAN. Porque, aunque haya varios delitos contra los Yunes, todos ellos, –incluyendo al mediocre candidato a la gubernatura, instrumento esencial en la guerra sucia contra Rocío Nahle–, tienen influencia en Veracruz, puede decirse que son dueños de Boca del Río y del puerto de Veracruz, no sólo políticamente hablando sin con propiedades, empresas y radiodifusoras.
Este voto a favor que dio de alta la reforma, tiene consecuencias graves para Marko Cortés y el PAN, partido que no resiste ni una expulsión sin poner en riesgo su sobrevivencia. Si el PAN expulsa a los dos Miguel Ángel Yunes, uno Linares y otro Márquez, corre el riesgo de que ambos municipios sean gobernados por Morena a partir del 1 de diciembre de 2025. Bastiones que le dan representación sólida en esa entidad, las cuales ha gobernado algún miembros de la familia Yunes todo lo que va del siglo, en el estado el blanquiazul sólo cuenta actualmente con 12 alcaldías.
El PAN en Veracruz ya no da para más, lo demuestran las innegables negociaciones de los Yunes con Morena, precisamente en el mejor momento para llegar a acuerdos y negociar averiguaciones previas por votos y espacios políticos y de gobierno.
En cuanto haya una actualización del padrón del PAN es muy probable que no alcancen el número mínimo de militantes para conservar su registro. Habrá que tomar en cuenta que ha habido desbandadas importantes y seguirán sucediendo, porque de salir los Yunes del PAN, expulsados o por su propia convicción, se llevarán consigo cientos de panistas que adelgazarán notoriamente las filas de ese partido en el estado.
Por otra parte, para que la reforma al Poder Judicial pueda ser elevada a la categoría de reforma constitucional debe ser aprobada por la mitad más uno de los congresos locales del país, es decir, 17. Este proceso ya comenzó, siendo el primero Oaxaca, donde fue avalada por aplastante mayoría con votos de varios panistas y priistas. Esto seguirá sucediendo a lo largo y ancho de todo el territorio nacional ya que Morena cuenta con una veintena de mayorías calificadas. Por ejemplo, en la Ciudad de México, hay mayoría calificada, tanto como para crear su propia Constitución, que en términos reales, no existe porque nunca ha habido en la capital un Congreso Constituyente que la elabore.
Es decir, la desbandada para el PRI y el PAN no será ninguna sorpresa ni para el recién defenestrado Alejando Moreno, a quien el INE lo descalificó como líder nacional de su partido, ni para el decadente Marko Cortés, que, a pesar de las derrotas no ha hecho una mínima autocrítica a su forma de conducta, que algunos llaman “hacer política”, cuando en realidad son planes golpistas.
La reforma se convierte en un duro golpe a la oposición más allá de lo que aisladamente puede significar para los trabajadores de ese centro de chantajes y extorsiones que era la madriguera de jueces, ministros y magistrados.
Los Yunes, a pesar de su negro historial, evitaron un golpe de Estado, voluntaria o involuntariamente. Seguramente negociaron para salvar a más de uno de sus miembros de la cárcel, de un mayor desprestigio, de la quiebra económica o de la ignominia.