El PAN desapareció


En unos meses quedará el PAN como única fuerza partidista de oposición ante el embate de los excesos del PRI y MC, cuya cúpula atenta contra el membrete que les da vida mediática.
La desesperación del PAN obliga a sus líderes a improvisar hasta el ridículo para mostrar que están vivos. Ya no son noticia los ataques de histeria que protagonizan Lilly Téllez o Ricardo Anaya, que necesitan un sedante fuerte para volver a la normalidad, ni los insultos gratuitos que sueltan en sus “debates” con el mínimo pretexto. Ahora lo que sorprende de los panistas es que interpretan el silencio, como si se tratara de médiums que saben lo que no se conoce y ven lo que no es percibido ni tangible.
Últimamente les ha dado por afirmar que quienes no votan a favor de algo o de alguien están en contra, sin excepción. No toman en cuenta que hay en México un gran porcentaje de habitantes que son indiferentes a la política, conducta motivada por el desengaño de muchos años que impusieron precisamente el PRI y PAN y que trabajaron tanto tiempo en hacerlos apáaticos a la participación social, que siguen convencidos de que todos son iguales y que anda cambia.
Para ellos el abstencionismo es un voto de rechazo para el gobierno, nunca dicen que es un acto de protesta por la conducta de todos los partidos en general, incluyendo el suyo. Porque cuando ellos gobernaban el abstencionismo era mucho mayor y ahora el interés por la transformación desde la sociedad ha disminuido el nivel de los que no votan.
La oposición en general adopta a los que no votan como seguidores y más aún como gente dispuesta a dar la vida para descarrilar la 4T, se trate de la votación que se trate, ellos afirman que no votar es una señal en favor de ellos y contra sus contrincantes, a quienes, sin duda, últimamente han tomado como enemigos a muerte.
Desde mentadas hasta robos a sus contrincantes, en plena tribuna, los legisladores de la oposición muestran una violencia que no cabe en ningún proceso democrático, ni en ninguna regla de urbanidad, y si a esto sumamos que convocan ellos a no votar, pues la tiranía, la dictadura, incluso la monarquía pareciera ser parte de su programa de acción.
Cada día muestran sus líderes y legisladores más pretextos para provocar división. La militancia rechaza su cúpula, desde la imposición de un líder nacional con cuentas pendientes con la ley, hasta la adopción de candidatos sin militancia ni convicción.
Los panistas han rebasado todos los límites apera ocultar que si se les realiza en este momento una revisión de su padrón de militantes, se quedarían sin registro. El último conteo de padrón que se realizó fue en agosto de 2023, y ni siquiera ellos quieren saber con cuántos militantes cuentan, porque saben que las deserciones han estado en estos últimos meses a la orden del día.
Desde luego que habría que contar que tanto en el PRI como en el PAN, la gente simplemente deja de militar en esos partidos, nunca se dan de baja y dejan en el olvido esa amarga experiencia, por lo que todavía están en los registros de esos partidos, deben saber todos ellos que no son pocos.
Ahora, exgobernadores y liderazgos tradicionales del PAN exigieron al líder del cártel inmobiliario, dar un “golpe de timón” para evitar el colapso institucional del partido y establecer una ruta de trabajo de cara a elección del 2027.
Por lo pronto, en Veracruz pasaron de ser la segunda fuerza electoral a la tercera, debe tomarse en cuenta que en la entidad hubo muchos votos de castigo como protesta por el mal manejo de la cúpula de Morena en la entidad.
Cuatro exgobernadores y la exaspirante a la presidencia del PAN, Adriana Dávila Fernández, señalaron que se debe apostar, como lo establecen los estatutos, por la democracia interna como vía legítima para la selección de candidaturas.
Los panistas incursionan en un campo de batalla donde tienen la guerra perdida, no se sabe si es por ignorancia o ingenuidad, pero al decir que presentar una contrareforma a una ley, con sólo 72 diputados de 500, y 22 senadores de 128. Es decir, su lucha está en cualquier parte menos en el Congreso a menos que sólo quieran llamar la atención sobre como acumulan otra derrota a sus propuestas.
Se lamenta que a seis meses de la actual dirigencia panista, “el discurso de renovación sigue sin materializarse en hechos concretos. Quienes suscribimos la presente hemos advertido, en distintas reuniones de órganos y comisiones, la urgencia de un giro de timón, tanto en la dirigencia nacional como en las estatales, para evitar el colapso institucional.
“Necesitamos una ruta clara de acción y una dirigencia que hable con verdad, que escuche y que corrija el rumbo”.
Éste es el conflicto más grave que enfrenta el PAN, más allá de sus escándalos, agresiones, gritos e insultos, ese partido está deshaciéndose por dentro. Pierde terreno progresiva e irremediablemente.