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El misterioso caso Miranda de Wallace, una tragedia griega

El misterioso caso Miranda de Wallace, una tragedia griega

El misterioso caso Miranda de Wallace, una tragedia griega
Sólo una mente sobradamente perspicaz pudo elucubrar el secuestro de su hijo a manos de quien sabe quién, de supuestos responsables, de oídas; señalados y enjuiciados.
Me resisto a creer que tal malevolencia coexista en la entraña y manos de quien prepara unas riquísimas quesadillas de “Manchego Platinum 18 Meses”, con flor de calabaza.
La mirada de la señora Isabel se detiene para precisar el recalentado de tortillas de harina, redonditas, con burbujas deliciosas y luego una ojea mientras se derrite el queso por dentro.
Suspira y mira cómo van quedando las quecas mientras cuenta lo mucho que ha sufrido por el secuestro de Hugo Alberto… Pide le acerquen un plato donde deposita una dobladita.
Luego, cambia de idea y afirma lo feliz que se siente por recibir el Premio Nacional de los Derechos Humanos: avalado por el Consejo de la CNDH, por el Senado y por FECAL.
En tanto, la observo en modo pensativa, con dejo de madre angustiada, solidaria con las otras madres de hijos desaparecidos, Ordena a su asistente doméstica preparar limonada.
Ve el reloj y se toma su tiempo para preparar una salsa, deliciosa, por cierto. En cuanto termine el catering iniciará la entrevista y grabación de varios aspectos de su vida.
Rafael Navarro es el productor a cargo de levantar las imágenes y shotitos para lo que será la Semblanza de Isabel Miranda y su lucha contra el secuestro que será exhibida en Los Pinos.
Comenta que luego de la grabación tendrá un fin de semana de calma y que asistirá a un retiro del Silencio cerca de la Marquesa: “tiempo para meditar y relajar la mente, el alma”.
Hace calor.
La cocina es amplia, elegante, sonsaca a la plática, al intercambio de miradas y da hacia el jardín. Isabel nos invita a sentarnos junto a un quiosco rodeado de vegetación, junto al fogón.
Ahí habla de su familia y le gana la melancolía que se encapsula al contestar una llamada. “Discúlpame, estoy en casa para grabar una entrevista. Te marco luego, por favor”. Cuelga.
Dibuja una sonrisa y ahora se refiere a su equipo de trabajo; dos jovencitos que atienden una laptop y revisan agendas. “Ellos son mis manos, mis ojos, mis oídos. Los quiero”, resalta.
En tanto gozamos del antojito y de la limonada, nos invita un café a petición de Don Rafa Navarro, quien indica grabar varios aspectos de la Wallace en varios espacios de la casa.
La señora Wallace camina por el jardín, entra a la sala donde las figuras de porcelana parecen cobrar vida; huele a maderas, los sillones coquetos tienen encima varios objetos, papeles.
Destaca una fotografía con su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda o ¿Hugo Alberto León Miranda? Inicia la entrevista. Habla de su lucha social, de la asociación Alto al Secuestro, AC.
Afuera, en los puestos, los periódicos enrarecen el contexto de la filmación de su semblanza con motivo del galardón que le otorgó la CNDH por su labor justiciera a favor de Hugo.
El 2 de octubre, de 2010, torturan a César Freyre Morales para que se incrimine del secuestro e inculpe a los demás “malandros”. Fecha traviesa, karmática, irónica.
Avanzan diez días y ya es 12 de octubre. Vuelve a ser torturada Brenda Quevedo y al día siguiente Albert Castillo. Violencia ¿Innecesaria?
Otros diez días más tarde, el 22 de octubre, vuelve a ser torturado César Freyre, pese a que ya se había incriminado. Le informan de la muerte de su hermana Julieta.
El número 10 se introduce en esta historia: en 2010 suceden cosas cada 10 días, además de imperar el número dos; 2, 12, 22, en el décimo mes de 2010.
Tarea para los cabalistas y numerólogos, que en el caso Wallace deben reclamar al Arcángel 10, Aladiah, que es el ángel de las segundas oportunidades. ¿Para quién?
Se asoma la conveniencia de que la señora Miranda de Wallace asista a ese retiro del silencio en la Marquesa para que le den luz sus guardianes para dar otros pasos.
¿Qué tal!
Sin duda hace falta una tirada de Tarot. Otro sino en la trama Wallace. Hugo Alberto es reportado como secuestrado el 11 de julio de 2005 en Plaza Universidad.
Anabel Hernández, en la presentación de en su libro. “Los Señores del Narco”, narra que el 11 de julio de 2005 conoce al Chapo Guzmán. Se trenza la conspiración.
El 3 de diciembre, 2010, Jacobo es detenido arbitrariamente y torturado para que incrimine a George Khoury Layón y a César Freyre de otros homicidios. ¡Ay, Anabel!
En esos lapsos la productora de MVS continúa con la postproducción de la Semblanza Wallace. Finalmente pasa por el filtro de Presidencia y da el Vobo.
El 15 de diciembre de 2010, Felipe Calderón entrega a Isabel Miranda de Wallace el Premio Nacional de Derechos Humanos ante millones de miradas incrédulas.
La certeza y la verdad no siempre coinciden
Luego de las pesquisas ciudadanas ante la indiferencia y abandono de las autoridades judiciales, de un cúmulo de inconsistencias, en 2005 nace la leyenda.
A 19 años y meses, la astucia, el temor, el chantaje, el valemadrismo judicial para todos los casos de secuestro, permitió que una ciudadana mangoneara en el país.
Isabel Miranda, empoderada, desde siempre, igual pisó la cárcel por desacato a las autoridades, al tiempo les gritonea, impone; de titiritera a títere de sus farsas.
El 8 de marzo se habla de su muerte sin acta de defunción como en el caso de su hijo descuartizado y con una necropsia a su doble etérico. De ella, ni sus cenizas.
Los Arcanos, los hechos, los astros, las verdades verdaderas que la acusaron durante casi 20 años hoy la muerte la libera de adeudo judicial. Es Día de la Mujer.
Quizá Isa y Beto ya se encontraron en la clandestinidad del universo luego de ser protagonistas de una tragedia griega, donde su paradero es incierto.
Me recuerda al eunuco Urano, personaje que fue castrado por su hijo Cronos y que del flujo sanguíneo, tras dejarlo capón, nacieron las Furias.
Las Furias eran deidades de la venganza que castigaban a quienes cometían crímenes atroces, especialmente contra familiares.
En la Ilíada de Homero, las Furias podían impedir que alguien usara la razón, por lo que esa persona se inclinaba por realizar acciones extrañas o estúpidas.
La trama de Isabel me obliga a pensar en Yocasta, la madre de Edipo, por su férrea desconfianza de los profetas y oráculos. Hoy, de los jueces y de las leyes.
Su actitud, tal vez progresista, al tomar las riendas de sus pesquisas empoderando a la sociedad en el tema, sin embargo, víctima de la Hermandad Garcialuna.
Isabel Miranda Torres, hoy desaparecida de la farándula política, justo en el Día de los Derechos de las Mujeres, buscó información por iniciativa propia como Yocasta.
¿Para qué inventar el secuestro de su hijo, descuartizarlo y entregar su Ser a los comentócratas que lo hicieron picadillo con los respectivos daños colaterales?
Suman 60 víctimas de esta mascarada que, sin duda, se esconde algo más choncho. La tragicomedia mexicana igual que la griega, castiga inocentes.
¿Sobrado poder, empoderamiento, porqué, para qué? ¿Quién o quiénes se benefician de esta tragedia?
¿Destino?
Los casos Wallace Miranda, Miranda Torres representaron conflictos excelsos, ¿lo peor del Calderonato y Peañato en materia de Derechos Humanos y justicia?
Los casos Wallace son historias que concluyen con la muerte física o destrucción emocional de los personajes principales: no hay falla. Ya no están en el escenario.
Los inconvenientes que enfrentaron los personajes no tuvieron solución, igual que en las tragedias que certificaron Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Los casos Wallace se envolvieron en conflictos, decisiones difíciles y consecuencias fatales, entre la Inteligencia Artificial y la Estupidez Natural. Un final de humor negro.
Los casos Wallace por demás oscuros y dolorosos, controvertidos y polémicos para una sociedad de moral y memoria distraídas, ya son leyenda, anécdota. Olvido.
Las víctimas y sus familias piensan diferente y jamás se borrará de sus mentes, jamás darán el perdón a sus victimarios de primer grado, muchos menos a la justicia.

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