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El gran Gatsby huixquiluquense confirma Ley de Murphy

El gran Gatsby huixquiluquense confirma Ley de Murphy

El gran Gatsby huixquiluquense confirma Ley de Murphy

Desde hace unos cinco mil años los ancestros de los otomíes ocuparon el centro de México y se presume que habrían participado en el florecimiento de las primeras urbes mesoamericanas, como Huixquilucan.

Sin embargo, el Sino de Vida del despojo lo llevan tatuado en la piel, sobre todo durante la época prehispánica en la que fueron desposeídos de sus tierras por tepanecas, nahuas y acolhuas, luego por españoles, hacendados criollos, independentistas, revolucionarios, priistas, Atlacomulcos, panistas y por el cártel de los Vargas Contreras.

Hace 180 años se erigió Huixquilucan con el apellido de Degollado en honor al guanajuatense Santos Degollado, ministro de Guerra y Marina en el gobierno de Benito Juárez, quien luchó contra los conservadores en el Cerro de las Cruces para vengar la muerte de su amigo Melchor Ocampo; y bueno desde el “apellido” de un fuereño.

La región poniente del edomex desde endenantes fue codiciada por nacionales y extranjeros debido a sus paradisiacos paisajes boscosos, con manantiales, cerros, montañas, valles, cañadas y ríos, un lugar donde gobernaron las deidades Macata y Macame; el primero representaba a las montañas, a la lluvia y al poder fecundante; el segundo, al poder fecundado, al principio pasivo, a las flores.

De tantos favores otorgados a sus fieles seguramente las deidades quedaron desgastadas hasta perder su poder a manos de priistas y panistas por lo que terminaron conceder grandes extensiones para asentamientos residenciales como Bosque Real, Green House, Lomas de Anáhuac, El Olivo, Interlomas y lo que falta por invadir.

En realidad, vivir bien, con lujos, no es un delito ni pecado capital, sino la sobreexplotación de los acuíferos, devastación de bosques, destrucción de los ecosistemas, macro y micro sin ofrecer alguna ofrenda a la naturaleza ni pagar lo justo de prediales y servicios públicos, aspectos que depauperan a las zonas aledañas para que sus moradores las abandonen y poco a poco, como la humedad, la mancha fifí vaya creciendo hasta gentrificar a los pobres originarios y se genere una Zona impenetrable por alguien que no tenga la llave de los euros.

Lo inaceptable es que, gracias al despojo de tierras fértiles, parcelas, fincas, los funcionarios de la Alcaldía, junto con síndicos y regidores; dirigentes sociales, de partidos, cárteles inmobiliarios, se conviertan en millonarios engañando a los dueños originarios u obligando a firmar la venta de sus propiedades a cambio de pasteles de Cotsco con Gusanos o despensas de tres pesos.

Lo berraco del caso es que sus gobernantes sean comparsas y promotores del despojo de sus riquezas naturales a los pobres y los obliguen a sobrevivir con lo que les sobra, lo que ya no les sirve a ellos. Es una canallada que les roben agua de manantiales y les regresen residuos escatológicos y los impuestos que no costean los paguen quienes menos tienen; esa es la injusticia, no vivir bien.

Desde hace 40 años, desde 1984, se acentuó el despojo oficial de tierras con los primeros presidentes municipales al estilo del gran Gatsby.

¿Recuerdan a Nick Carraway? Justo, es quien retrata aquella alocada década de los años veinte, marcada por la ley seca, el jazz y las grandes fiestas que afloraban sobre un mundo de negocios ilícitos, a flor de piel la corrupciones y, por su puesto, sin faltar los sueños inalcanzables de sentirse Maximiliano o Don Porfis, pobres políticos provinciales de quinta.

Así, la familia Vargas Contreras y sus súbditos poquiteros se ofrecieron de engañabobos tras las siglas del PT, Verde Ecologista, Morena, PRI, PAN, PRD, en suma, Don Vergone se hizo del control político absoluto de Huixquilucan; el gran Gatsby mexiquense; un sujeto aventurero, fanático de la riqueza fácil; alguien capaz de arriesgarse hasta las últimas consecuencias por ir detrás de un simple brillo, desafiando al mismo Lucifer.

Poco se sabe de cómo Carlos Peralta y asociados se adueñaron de Bosque Real que luego vendieron al judío Marcos Salame Jaliffe y quien pretende edificar 10 mil acciones residenciales a la venta en 30 millones de pesos con superficies de 400 a 600 metros cuadrados, cuyas ganancias van del orden de los 300 mil millones de pesos.

Con tantos ceros quién o quienes se negarían a comprar partidos y candidatos a todos los cargos elegibles y ganar carro completo para resguardar las generosas propinas que ya fueron pactadas con los Vargas Contreras, sino porque tanto interés en ganar como sea la reelección de su consorte.

¿Será que las propinas de proyectistas inmobiliarios y de otros inversionistas le generen grandes capitales al Hank Ron paniaguado para competir, luego del Senado, a la gubernatura del Edomex para convertirlo en el paraíso de los riquillos esforzados y de los bribones asalta cuentas del erario? Eso es pensar en grande, un gana-gana, dijeran los clásicos neoliberales.

Se pronostica que Bosque Real cuente con tratadoras de agua para el riego de las alfombras verdes con 18 hoyos, cuya renta por día para jugar al golf es de tres mil quinientos pesos por persona, sin carrito ni caddie; que quienes estén interesados en un caddie pudieran contratar los servicios de expertos en el Bunker del Salón 18, cerca de Palacio Municipal de Huixqui; son muy buenos asesores, sobre todo en lo sentimental.

Sin embargo, los habitantes de zonas residenciales harán uso del agua extraída de manantiales y acuíferos milenarios donde los dioses otomíes saciaban su sed y, para el desalojo de excretas colectivas y otros residuos humanos utilizan barrancas y desfiladeros a cielo abierto.

Los desalojos de tierras adornadas por ailes, cedros, oyameles, pinos y cedros generan un ambiente que los europeos ambicionan sin los gélidos climas, de ahí la plusvalía. Para los judíos, la mayoría de los posesionarios pagar 40 millones de pesos por una finca es una menudencia, es parte de su gasto corriente en sus naciones. Claro, en Huixquilucan sus euros y dólares se convierten en millones de pesos, casi lo mismo, pero más barato.

Entre líneas se lee que los bosques y coníferas mexiquenses son ambicionadas por familias pudientes que a la larga se convertirán en electores y patrocinadores de campañas en favor de quienes defiendan sus privilegios como exentar prediales o tarifas bajas en los pagos de servicios públicos en contrapartida con las erogaciones puntuales de habitantes de zonas tradicionales y populares, con carencia de redes de agua de consumo humano, sin drenaje, alumbrado, seguridad, vialidades y movilidad eficientes.

El agua de consumo humano para los dueños de predios de zonas residenciales es obligado que sea la misma a la que deberían tener acceso todos los habitantes de Huixquilucan, sin embargo, reciben agua contaminada por el trasiego a través de carros tanque de dudosa higiene o de plano ni gota de agua por lo agreste de los caminos, ahí está la colonia El Hielo, La Magdalena Chichicaspa, El Mirador.

El gobierno de Huixquilucan, en nueve años polarizó y acentuó el maniqueísmo entre pobres y millonarios, entre militantes de izquierda y de derecha, entre chairos piratas e infames de fachos, que sino están con Vargas, están en su contra.

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Esta vez, la designación de “candidatos” huele a más despojos de tierras propiedad de dioses y mortales descendientes de otomíes, todo apunta a la entronización de la corrupción, de la extensión del cartel inmobiliario a tierras mexiquenses mientras berrinches de chiquillos chapulines abandonan al pueblo bueno para que el abuso de poder continue.

¿Quién terminará con el Sino de Vida del despojo de tierras a los huixquiluquenses originales, con los piratas, avecindados, adoptados, invasores, sicarios de los cárteles inmobiliarios, huachicoleros hídricos?

¿La izquierda oportunista? ¿Con morenos descoloridos? ¿Con petistas de clóset? ¿Con el partido guarnición vegana? Están muy verdes. ¿Con el partido fosfo de la eterna sonrisa? Ups, ahí sufren periodontitis. La verdad, no tiene la culpa el indio, sino quien lo hizo compadre.

Las mentes retorcidas siempre triunfan porque tienen como aliados a un ejército de oportunistas; la magia de los malosos es explotar la avaricia de los jodidos.

Hoy, todos los caminos llevan al despojo consensuado con engaños o por la fuerza. Cada uno tiene al Vargas que quiere y por ello todo valió ídem en Huixqui para sacudirse a esta plaga. Quizá la doctora Jenni tenga mejor oportunidad de llegar a una curul donde de verdad haga frente a los machines canallas y a toda su jauría.

Pero, al final, como casi siempre, imperará la Ley de Murphy. Si algo puede salir mal, saldrá mal: como que Vargas gane el 2 de junio.

La información más importante de cualquier mapa está en el doblez o en el borde; de algún billete con la cara de Benjamín Franklin.

Llevar un paraguas cuando hay previsión de lluvia hace menos probable que llueva; cualquier semejanza con la realidad de que un candidato chairo fifí con disfraz de izquierda, que nadie conoce, al cuarto para las doce, hace menos probable que gane.

No importa cuántas veces se demuestre una mentira, siempre quedará un porcentaje de personas que creerá que es verdad; que de ganar Romina Carrasco de Vargas no habrá cacería de brujas en Huixquilucan.

Es más fácil que una mentira de media vuelta al mundo mientras la verdad aún se está poniendo los zapatos; pueblo chico, infierno grande.
Murphy no falla: siempre encuentras las cosas en el último sitio en el que miraste; al final, todos son fieles a Vargas, al billete, a la comodidad, a la corrupción, sin temor a perder la dignidad y convertirse en bots; en programas automatizados que simulan interacción humana para satisfacer al capo de capa azul.


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