El gobierno no es empresario
Carlos Salinas cometió graves errores y se pagaron, esperemos que México no siga repitiendo la misma historia, una y otra vez.
Desde el 2018 el actual gobierno ha adquirido una serie de empresas privadas, otras que ha creado, y unas que están en proyectos hacia el corto plazo. Cuando Carlos Salina adelgazó el aparato estatal y vendió decenas de empresa públicas a empresarios novatos y juniors, pasaron los años y empezaron los rescates: bancos, carreteras, ingenios azucareros, acereras, etc. Y como siempre, el que paga: el contribuyente.
Pues sí, ¿es bien fácil despilfarrar dinero que no es tuyo? Planear super proyectos empresariales con dinero ajeno, cualquiera. Pero ¿y los beneficios? Déjeme amigo lector, le pongo unos ejemplos de donde estamos parados.
Nuestra, y recalco, nuestra empresa Litio para México (LitioMx), se mueve en una
insuficiencia presupuestaria que vuelve aún más lejana la posibilidad de consolidar a la empresa estatal en un actor clave en el mercado global del litio, sumado a que, desde su creación y al 30 de septiembre de 2024, no cuenta con proyectos de inversión, según el Informe de Gestión Gubernamental.
La cifra cercana a los 13 millones de pesos propuestos para la empresa está lejos de ser la adecuada para las necesidades del sector, en años recientes, la inversión solo para la búsqueda de yacimientos alcanzó los 36 millones de pesos, lo que refleja los requerimientos reales para consolidar el desarrollo de esta industria estratégica: el presupuesto limitado podría retrasar los avances en el aprovechamiento del litio.
¿Porqué? México tiene un potencial enorme en este mineral estratégico, pero sin los recursos necesarios no podremos competir en el mercado internacional.
Vayamos con Altán Redes que la administración pasada “rescató”, lo que permitirá garantizar internet gratuito en todos los pueblos del país. El grano prieto en el arroz. La licitación de la banda 700 MHz que ha sido una vía favorable que aumente la conectividad digital, pero bajo una posibilidad de monopolio.
Además, Altán aún sortea problemas para hacer frente a sus compromisos de pagos del concurso mercantil y del propio espectro radioeléctrico; lo que ha llevado a CFE Telecomunicaciones a destinar cerca de mil seiscientes millones de pesos de un fideicomiso, ante posibles incumplimientos de pago.
Incluso entregar bandas para servicios 5G a una empresa estatal podría implicar que vengan menos inversiones al sector telecomunicaciones, ningún operador privado vendrá a México sabiendo que no puede acceder a espectro 5G.
¿Qué se espera? Se distorsionará aún más el mercado con dos monopolios: uno privado y uno público que gozará de un acceso exclusivo a un bien esencial y pagando menos impuestos en comparación a lo que pagan los operadores privados.
Que decir de lo que ocurre con Mexicana de Aviación. En medio de la cancelación de ocho rutas al inicio de este año, la aerolínea ahora de las Fuerzas Armadas se enfila a una nueva quiebra, pero que ahora pagaría el Estado, lo que lleva a recordar la caída y resurgimiento de esta empresa y al personaje que la llevó a la quiebra: Gastón Azcárraga Andrade.
Esperemos que sacarla del bache no sea un capricho y este “rescate” aun busque la consolidación de la aerolínea estatal, además de que la falta de planeación y problemas presupuestales ponen en riesgo su operación, en 2024, recibió un presupuesto de 8 mil 340 millones de pesos, como una inyección inicial. Pero este año, este se recortó a mil 140 millones de pesos.
Ya le dolió el codo a Hacienda: no produce nada, pero hay que subsidiarla hasta 2028 y cuando se tengan ganancias programadas, van para sus operadores: las Fuerzas Armadas.
Hacia el futuro próximo, la construcción y desarrollo de una planta armadora de autos eléctricos como Olinia podría requerir una inversión en promedio de hasta mil millones de dólares, de acuerdo con la Asociación de Movilidad Eléctrica en México (AMIVE).
El proyecto del Gobierno para construir la primera armadora mexicana de miniautos eléctricos necesitará muchos, y muchos recursos, no es solo la idea, buena, y por mí que sería un gran acierto para atender problemas de movilidad, seguridad y medio ambiente.
Pero si la presunta fábrica de Tesla en Nuevo León tenía proyectados 5 mil millones de dólares. Otros factores: a nivel mundial para hacer una fábrica que produzca entre 50 mil y 100 mil vehículos podrían ser entre 500 y mil millones de billetes verdes.
El proyecto de Olinia tiene un presupuesto de 25 millones de pesos asignado para 2025, para financiar a la armadora, que presentará sus tres primeros modelos de miniautos eléctricos hacia el final del sexenio.
Y además nacionalizamos la Exportadora de Sal de Baja California Sur, adquirimos las acciones de la empresa Mitsubishi y ahora el 100% pertenecen a México. Con ello se revertió el saqueo neoliberal y las empresas productivas regresan a manos del pueblo: Mexicana, Altan…y las que sigan. Carlos Salinas cometió graves errores y se pagaron, sí que se pagaron. Esperemos que México no siga repitiendo la misma historia, una y otra vez.