El circo de López Obrador
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas tenemos que reconocer que estamos frente a un sujeto que supera con mucho la maldad de los gobernantes anteriores. Nunca antes vivimos en una vorágine de acontecimientos encaminados a la destrucción de un país tan solido como el nuestro, y que hasta ahora nadie ha podido detener simplemente porque las oposiciones no existen. Para decirlo más claro, si la sociedad civil no sale al rescate del país, desconozco lo que vaya a ocurrir y a pasar cuando comiencen a desmontar el entramado constitucional que nosotros edificamos durante muchos años.
No es fácil asimilar que un solo hombre tenga tanto poder de convencimiento sobre más de la mitad de los mexicanos de todos los rincones, y más aún cuando ha sido relatado como el hombre más mentiroso de la historia patria, porqué hasta ahora acumula, según los registros de diversas empresas que han seguido el desarrollo de las conferencias mañaneras, y que hasta ahora llevan contabilizadas más de cien mil mentiras, que por desgracia la mayor parte de los mexicanos han dejado en el olvido ante la circunstancia que ahora enfrentan, y no es otra cosa que la preocupación por la destrucción que de las instituciones lleva Andres Manuel Lopez Obrador.
Siempre he sido un periodista que se alimenta de las conversaciones con los mexicanos de todas las latitudes y de todas las condiciones sociales, y hasta ahora lo único que he podido lamentar es la siembra de ese odio que hasta ahora ha sido uno de los motivos más exitosos para que muchos mexicanos se coloquen del lado del hombre que piensa que el país es suyo, y que cuenta con la posibilidad real de entronizarse como los demás mandatarios del hemisferio que hasta ahora han transformado sus gobiernos en feroces dictaduras.
En lo que a mi me corresponde, debo se paliar que nunca antes en mi carrera periodística había conocido a un sujeto cuya identidad es la maldad, sus alocuciones hablan de su misma maldad, sus acciones están encaminadas a la maldad, sus burlas públicas y despiadadas al referirse a sus adversarios destilan maldad, sus alocuciones públicas están llenas de maldad, su rostro burlón refleja su maldad, y lo peor de todo es que su deteriorada salud está dispuesta a todo con tal de satisfacer su infinita maldad. Para decirlo más claro, la maldad es inherente a quien por ahora detenta el poder en este país.
El circo que todos los días hace el Presidente de la Republica destila maldad, su sonrisa socarrona evidencia que se siente satisfecho con su maldad, y su cinismo es la evidencia fiel de que por desgracia es un hombre que nació por maldad, se alimenta de la maldad, y le gusta evidenciar esa maldad que hasta ahora mantiene apoderarse de todo el entramado constitucional que durante muchos años y décadas hemos construido los mexicanos con la finalidad de que nuestra viabilidad como pais nos alcance para satisfacer las necesidades de los más humildes.
Andrés Manuel López Obrador es sin lugar a dudas uno de los sujetos con mayor maldad en la historia de este país. Y lo digo con toda responsabilidad. Mucho he criticado los excesos del poder, y ese ha sido mi sello como columnista desde que decidí abrazar la maravillosa carrra del periodismo. He tenido sinsabores, he sido vituperado, he sido separado de los medios de comunicación donde he trabajado y perseguido como nunca alguien lo haya hecho, pero jamás podrán señalar que en mi carrera periodística me haya convertido en un comerciante de las letras, porque tengo esa dignidad que me sembró un campesino llamado Justino Galeana, mi padre, quien me llevó a la gran Ciudad de México a los once años para que siguiera mis estudios secundarios. Yo si estudié Presidente, y nuca asalté a mis compañeros universitarios en las Islas como usted lo hizo. Pero seguiré haciendo lo que me corresponde ante su decisión de destruir al México que muchos hemos construido. Nunca me someteré y nunca lograrán someterme. Al tiempo.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.
