Eduardo Margolis el eslabón del caso Vallarta- Cassez


Exmiembro de los Servicios de Inteligencia de Israel, el Mossad.
Supe de el por primera vez de voz de Jorge Khoury Layón, alias “El Coqui”, dueño del bar Cronic Garden en Polanco y El Doby de Acapulco. La historia, simplemente es de película.
Recibí una llamada. Era Cirilo Ocampo Verdugo, preso en el Reclusorio Sur por presunto lavado de dinero a través del mecanismo de cajas de ahorro popular.
Tenía mi número telefónico, porque estaba desarrollando algunos reportajes sobre su caso, incluso, lo había entrevistado en reclusión. En esta ocasión otro era el asunto. Ocampo Verdugo era “padrino” al interior de la cárcel, y me dijo: te voy a pasar a una persona que tiene información sobre un caso, “está aquí conmigo”. Accedí. El sujeto resultó ser Jorge Khoury Layón, alias “El Coqui”.
Jorge Khoury salió de la cárcel y me reuní con él. Ahí me platicó que lo perseguía un sujeto que oí su nombre por primera vez: Eduardo Cuauhtémoc Margolis Sobol.
Margolis es un empresario judío presunto exmiembro de los Servicios de Inteligencia de Israel (el Mossad). En México participa como accionista en una impresionante cantidad de empresas que se dedican a cosas tan dispares como la belleza, la educación, la ferretería o la seguridad. Era amigo de Isabel Miranda de Wallace y de la comunidad judía de Polanco.
Tuvo relación con casi todos los implicados del caso Cassez-Vallarta, con agentes de la extinta AFI y hasta con una de las presuntas víctimas de la banda Los Zodiaco. Era el que contrataban poderosos empresarios judíos para resolverles casos de secuestros.
Varios testimonios apuntan a posibles actividades ilícitas de este hombre al que tachan de poderoso, prepotente y vengativo.
Hace unos días, el gobierno de Estados Unidos revocó la visa del empresario mexicano de origen judío, Margolis Sobol. Esta decisión se produce en medio de señalamientos que lo vinculan a presuntas actividades de lavado de dinero, corrupción y contratos públicos millonarios en México.
Las declaraciones del caso apuntan a que en lo ocurrido apunta a que Eduardo Margolis tramó la detención de la pareja con ayuda de Genaro García Luna, como parte de una venganza personal contra Israel Vallarta y el hermano de la francesa Sébastien Cassez con quien tenía negocios.
Además, pidió apoyó de altos directivos de Televisa para el montaje ya que era un gran cliente de la televisora por ser propietario y vicepresidente de CV Directo México, firma que se publicitaba con gran despliegue en la empresa propiedad de Emilio Azcarraga. Lo de Carlos Loret de Mola, aparte —entre reporteros no nos leemos la mano.
La historia entre Margolis y Florence Cassez se remonta desde 2004, es decir, previo al desarrollo de la investigación y proceso judicial tras su detención en el rancho “Las Chinitas”.
Según las investigaciones periodísticas y la documentación del caso, él era empresario dedicado a servicios de seguridad y blindaje, al tiempo que tenía conexiones en círculos relacionados con autoridades y empresarios del sector como la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de esos años.
Ahí se encontraban perfiles públicos como Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino y Sébastien Cassez, hermano de Florence y a quien consideraba su “hombre de confianza”.
La relación entre ambos, aunque inicialmente profesional e incluso íntima al presentar a la familia de origen francés al empresario, se tornó tensa y conflictiva, lo que, paradójicamente, permitió que este último conociera a Florence.
En 2002, ambos empresarios colaboraban en una empresa de distribución de equipos estéticos y médicos en México.
Margolis habría tenido vínculos –directos o indirectos– con las partes implicadas en este caso: con Florence Cassez, de cuyo hermano, Sebastien, fue socio; con Israel Vallarta, exnovio de Florence y presunto jefe de la banda de secuestradores Los Zodiaco; con Cristina Valladares, una de las víctimas de secuestro, y con funcionarios de la Agencia Federal de Investigación (AFI), cuyo titular en 2005 era Genaro García Luna. Hoy preso en Estados Unidos.
De sus relaciones con personajes políticos de Margolis, llama la atención con la difunta Isabel Miranda de Wallace, quien incluso acudió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación junto con las víctimas de los secuestros presuntamente cometidos por Cassez para pedir que los magistrados no fallen a favor del amparo que solicitó la francesa en su momento.
Este sujeto ha sido intocable por años, pero ahora Estados Unidos ya lo tiene en la mira en línea con las acciones emprendidas recientemente contra empresarios y exfuncionarios mexicanos, quienes son señalados por delitos financieros como lavado de dinero y contratos adjudicados de forma irregular. Veremos.