Cómo nos están dejando el país
El sistema político mexicano ya no garantiza la vigencia de la democracia. – La baraja de cuatro en Yucatán.
Lo queramos o no, las elecciones de este año tienen para Yucatán características que nunca habíamos visto. Por ejemplo, es la primera vez que se inscriben para competir por el puesto de gobernador (o gobernadora) igual número de mujeres que de hombres, así que el enfoque predominantemente femenino lo impulsan Vida Gómez Herrera, quien lleva la representación del partido Movimiento Ciudadano (MC), y Jazmín López Manrique (más conocida por su nombre artístico de Tina Tuyub, que compite bajo las siglas del PRD).
En la otra esquina, por el lado de los hombres están en la liza el panista Renán Barrera Concha, quien pidió licencia para dejar como presidente municipal suplente a un compañero de su mismo partido (Alejandro Ruz Castro), a fin de buscar la gubernatura, luego de que el actual jefe del Ejecutivo yucateco, Mauricio Vila Dosal, confirmó que no iría por ese cargo.
El otro hombre que pelea por la gubernatura es el exalcalde panista del puerto de San Felipe (2001-2004) , Joaquín “Huacho” Díaz Mena, un político que generaba más simpatías cuando militaba en el PAN, y que causó recelos con su anuncio de que se pasaba al PRI. Su imagen se deterioró más cuando informó que había aceptado una invitación del presidente Andrés López para trabajar como coordinador de Morena en todo Yucatán.
Quienes afirman o vaticinan que Renán Barrera ganará la elección del 2 de junio próximo exponen los buenos resultados que el panista ha logrado en sus dos períodos (casi seis años en total) como presidente municipal de Mérida, y al mismo tiempo ignoran o censuran las aportaciones que Huacho Díaz hizo al PAN como alcalde de San Felipe y diputado federal plurinominal (2015-2018). Lejos también han quedado las elecciones estatales de 2012, cuando Acción Nacional postuló a Díaz Mena como su candidato a la gubernatura de Yucatán, aunque el triunfo fue finalmente para el priista Rolando Zapata Bello, “en medio de acusaciones de coacción al voto y desvío de recursos públicos”.
Ahora en la publicidad que pagan los promotores de Renán, o los detractores de Joaquín, hay uno en el que Zapata Bello aparece de pie justamente detrás de Barrera, como cuidándole las espaldas. Al respecto, un avezado analista político se apresuró a advertir que en las elecciones anteriores Rolando Zapata y sus cómplices traicionaron a candidatos priistas para apropiarse de cuantiosos recursos. La vocación de esos priistas es traicionar, y lo volverán a hacer, subrayó el acucioso observador…
Del tercer integrante de la alianza que apoya a Barrera, el Panal, no se espera nada sobresaliente, pero los potenciales riesgos que implicaría el “apoyo” de los tricolores haría necesaria la relectura del siguiente párrafo, que forma parte de una entrada dedicada a Díaz Mena y que está incluida en “Wikipedia. La enciclopedia libre”:
“Los resultados que obtuvo en las elecciones del 1 de julio de 2012 lo colocan como el candidato del PAN que ha obtenido hasta el momento la mayor votación en la historia de ese partido en Yucatán, con más de 430 mil votos, superando inclusive al único gobernador panista que ha tenido la entidad, Patricio Patrón Laviada, quien con poco más de 380 mil sufragios fue el ganador de los comicios estatales de 2001. Huacho es también el primer candidato del PAN a la Gubernatura de Yucatán originario del interior del estado”.
Para no dejar espacios por los que se puedan filtrar malas o tendenciosas interpretaciones asentaremos aquí que de Renán Barrera tenemos muchos una opinión dividida, pues por una parte es un político respetuoso, trabajador y con la cualidad que la organización cívica, social y política LOS NOTABLES exige a los que quieren entrar en sus filas: No mienten ni roban por sistema o como recurso personal. Conocimos a Barrera cuando fue diputado local, y de lo único que se le podía acusar entonces era de tener una mala cara, lo que combinaba muy bien con su duro discurso contra sus rivales a la hora del debate en el recinto del Congreso de Yucatán. Parece evidente, sin embargo, que sus compañeros consideraban que sus atributos personales eran insuficientes para ganar la elección por la silla de la calle 61, así que aceptaron la alianza con el PRI como quien se sujeta con fuerza a un clavo ardiente con tal de no caer al mortal fuego de abajo. Ya veremos en que termina ese chocolomo (es exactamente la palabra que utilizó Renán para referirse al acuerdo que hicieron los que antes eran acérrimos enemigos: el PRI y el PAN).
En cuanto a lo que cosecharía Díaz Mena con los aliados que tiene, la carga fuerte la lleva desde luego Morena, al que muchos consideramos que no es un partido, pues un verdadero militante no se forma en 5 ó 6 años, además de que aunque miles o millones de mexicanos que viven en la pobreza o en la miseria aceptan como un regalo el dinero que cada mes les destina el Gobierno Federal, están conscientes cada vez más de que en realidad lo que les obsequian sale primero de las bolsas de todos los mexicanos.
¿Pesará en algo esa toma de conciencia al parecer cada vez más creciente, o esa supuesta mayor politización es sólo un sueño guajiro?
Unas líneas más y acabamos: Actualmente un partido sin mancha o con pocas manchas, es probable que el PT consiga pocos, pero limpios sufragios. Otra cosa se puede decir del PVEM, que durante unos años ejerció como satélite del PRI, del que aprendió muchas mañas y algunos trucos, como aquél de la ciudad de Motul, donde la totalidad de la directiva petista fue sacada de malos modos de su guarida, que ocuparon los invasores asumiendo los puestos que había disponibles.
Al día siguiente los petistas motuleños publicaron en un periódico local su amarga queja de ser víctimas de unos malosos de la política.
Tres apuntes como colofón: 1) También en la política hay cosas de las que uno no sabe si reírse o llorar; 2) Los “militantes” que se cambian de partido no buscan ser héroes o recibir elogios: quieren dinero, así los hicieron; y 3) En esta política no pierde ni tantita vigencia la advertencia de que “poderoso caballero es Don Dinero”.