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Claudio y Enrique Juniors a los 60

Claudio y Enrique Juniors a los 60

Claudio y Enrique Juniors a los 60

Si a los 60 años no has podido lograr que te dejen de llamar junior es que están muy güey. Es el caso de Claudio X. González (61 años) y de Enrique de la Madrid Cordero, (62 años), cuyas propuestas vetustas muestran la intención trasnochada de venganza contra todos, incluyendo sus padres, que les dieron un apellido vergonzoso.

En su intención de ser émulos o remedos de sus padres, consideran que es necesaria la extorsión, la amenaza y la presión para lograr sus fines, aunque rayen en la ilegalidad, donde se encuentran confortablemente instalados desde hace muchos años.

Claudio X. González agita las aguas en los portales de sus fundaciones que asegura pertenecen a la sociedad civil, cuando en realidad es el único dueño de esos grupos de choque, cuyos miembros, 6son sólo carne de cañón para las marchas de la Marea Rosa, que cada día se decolora más. Ahora publica las fotos de senadores del PAN del PRI como amenaza para que no vayan a ceder su voto a la Reforma Judicial.

Es decir, los acosa diciéndoles que están a la vista, que no son todos, sino unos pocos, y que no se les vaya a ocurrir ni siquiera enfermarse o ir al baño a la hora de votar. Argumentan que hay millones de pesos para convencerlos y si se dejan seducir está la amenaza de “La Chuya”, senadora panista, de ser linchados.

Por otra parte, el hijo de Miguel, gris y corrupto hijo de papi, quien diera duro golpe a la moneda mexicana y a la dignidad de los mexicanos, señala que quienes votaron por Morena deben pagar más impuestos que el resto de la población, porque al estar “sobrerrepresentados” absorben más dinero que el resto de la población, su analfabetismo político hace evidente su heredado desprecio por la democracia.

Esta visión de quien sugirió adoptar un pobre para terminar con la miseria, señala que, al no tener posibilidades de expresión válida en las cámaras los militantes de derecha pueden convertirse en guerrilleros.

Puede mover a risa, pero, al mismo tiempo, llama la atención el uso de la violencia verbal que puede convertirse en agresión armada ante la impotencia de la derrota política, ponderando su obsesión por derrocar al régimen constitucional a como dé lugar.

Sabemos que la violencia verbal antecede a la violencia física y del aguerrido discurso de los juniors se desatan golpes e insultos contra sus contrincantes que por mandato de su herencia maldita consideran enemigos. Nostálgicos del pasado, llaman guerrilla a lo que podría ahora interpretarse como golpe de Estado, se quedaron no solo con la idea política del pasado, sino que su corto vocabulario, que no llega a 300 palabras, los limita a la hora de hacer declaraciones como es el caso del junior De la Madrid.

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Los juniors encabezan el radicalismo, son un peligro y su discurso violento es una muestra de sus alcances. La tranquilidad social y política de México puede ser alterada por ambos uno como puente político y el otro como puente económico para la desestabilización del país en busca del rescate de sus privilegios.

Más allá de este peligro de aparecer o parecer como patrocinados de la ilegalidad, es decir, de un golpe de Estado, está el absurdo de la manera en que ven la realidad no solo fuera del marco de la ley, sino de la lógica y de la historia.

Esos dos juniors nunca han trabajado, han vivido del apellido y en su nombre tienen reflectores, que aprovechan para desestabilizar el gobierno y las disposiciones en favor de la población de la que están muy alejados.


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