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Abanico

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Es una historia trágica y real: el género humano quedó cegado con el esplendor tecnológico y desoyó la vocecita de la conciencia que emitía un contundente: Ustedes generaron estas herramientas. Paradójicamente, los creadores se desdibujaron de las decisiones y erróneamente asumieron que el declive del ser humano estaba dictado: Las máquinas los sustituirían. Bajaron los brazos, se negaron a ver.

No hay final aún. En esta narrativa inconclusa, el 99% de las empresas invierte ahora en Inteligencia Artificia (IA)l, pero solo el 1% está completamente integrada en los flujos de trabajo e impulsa resultados comerciales sustanciales. El principal obstáculo para lograrlo son empleados y líderes. Pero no se invierte en ellos

La obnubilación permanece. Y en gran medida se acendra en la IA generativa.

Con modelos de lenguaje (LLM) desarrollados por Anthropic, Cohere, Google, Meta, Mistral, OpenAI y otros, inició una nueva era de tecnología de la información. El potencial de crecimiento de la IA a largo plazo se estima en 4,4 billones de dólares en el uso corporativo. Visibilizamos futuros brillantes, un vuelo exponencial muy grande…Sólo que aún no podemos despegar.

Miremos esta paradoja: La IA ofrece algo más que acceso a la información. Puede resumir, codificar, razonar, entablar un diálogo y tomar decisiones. Presenta una resolución de problemas más eficiente y eficaz, lo que permitirá una innovación que beneficie a todos. Las capacidades de razonamiento avanzadas, capaces de resolver problemas en varios pasos y realizar análisis matizados, se volvieron comunes en la mayoría de las plataformas.

También se destaca la mejora de la comprensión contextual y coherencia durante los diálogos largos. Además, se agregaron funciones de integración de datos en tiempo real y personalización avanzada a algunas plataformas. Asimismo, el acceso mejorado o avanzado a las API, ahora permite herramientas relacionadas con el desarrollo de modelos y agentes y entradas multimodales.

Pero mientras la IA se vuelve más inteligente, como el rendimiento de los LLM en las pruebas estandarizadas, olvidamos lo fundamental: Los empleados serán los que conviertan a sus organizaciones en potencias de IA.

Si. Ellos, los humanos, están más preparados para adoptar la IA en el lugar de trabajo de lo que imaginan los líderes empresariales. Están más familiarizados con tales herramientas, pero quieren más apoyo y formación. Incluso, es más probable que crean que la IA sustituirá al menos un tercio de su trabajo en un futuro próximo.

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Entonces, es urgente que los líderes den un paso al frente. Tienen más espacio de permisos del que creen, por lo que depende de ellos ser audaces y capturar el valor de la IA.

Sin embargo, los líderes empresariales subestiman el uso generalizado de la IA por parte de sus empleados, que anticipan que la IA tendrá un impacto dramático en su trabajo, según la consultora internacional de negocios McKinsey.

Por ello, les gustaría que sus empresas invirtieran en la formación que les ayudará a tener éxito. “Buscan formación formal y creen que es la mejor manera de impulsar la adopción de la IA. También les gustaría tener acceso a herramientas de IA en forma de pilotos, e indican que incentivos como las recompensas financieras y el reconocimiento pueden mejorar la aceptación”, concluye Eduardo Reynoso, director de JedAIs, empresa de capacitación y certificación de IA en México.

 


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