Historia de la CDMX
LOS RESTOS DE HERNÁN CORTÉS REPOSAN EN UNA IGLESIA
El conquistador español, que, junto con un puñado de hombres y caballos, además de armas de fuego y armaduras, logró vencer al Imperio Azteca, se encuentra entre nosotros, y está más cerca de ti como ni siquiera te lo imaginas…
Deja volar tu imaginación… ¿Qué pensarías si te dijera que puedes estar junto al mismísimo Hernán Cortés, a menos de medio metro de distancia? ¡Y lo más interesante es que lo puedes ir a ver cuando quieras!
Obviamente si tú vives en la Ciudad de México, Cortés está a solamente un boleto del Metro de distancia. Claro que vas a ver dónde reposan sus restos, los cuales el INAH los ha autentificado debida y plenamente.
Son el cráneo y algunos huesos que todavía subsisten al tiempo después de 500 años, que están depositados en una urna, dentro de una pared, y detrás de una placa alusiva con su nombre. Un antiguo templo católico los resguarda.
Antes de decirte dónde están, debes de saber que Cortés murió en 1547, y su último deseo fue que desde España, regresaran sus restos hasta América, a la Ciudad de México.
Este hombre, que cuando regresó a España esperaba que le dieran honra y riquezas por haber vencido al poderoso Imperio Azteca, no recibió el reconocimiento que merecía y pasó sus últimos años triste y profundamente decepcionado.
Afortunadamente para él, trajeron sus restos a América, pero estuvieron dando tumbos de aquí para allá, porque fue enterrado y desenterrado… ¡Siete veces!
Considerado por muchos como el culpable principal de que México fuera colonizado por los españoles, sus huesos fueron llevados a varias partes para resguardarlos. Primero estuvieron en la villa de Santiponce, en Andalucía, España.
PEREGRINAR DE LOS RESTOS
De ahí los sacaron para traerlos a México, y llegaron al convento de padres franciscanos de Texcoco. En 1629, los trasladaron a la iglesia de San Francisco el Grande, ya en la que después fue la Ciudad de México.
La cuarta vez fueron depositados en 1724 adentro del monumento funerario que talló el artista valenciano Manuel Tolsá para el templo de Jesús Nazareno, posteriormente los llevaron al sótano del mismo recinto, bajo el altar mayor.
Después, en la misma iglesia, metieron los restos dentro de una gruesa pared, en un nicho que quedó tapiado durante un siglo, y ahí fueron olvidados hasta la segunda mitad del siglo XX cuando los redescubrieron.
Durante seis meses los escondieron (se presume que en el altar mayor otra vez) pues hubo un intento de destruirlos hasta que al final regresaron a la pared donde estaban antes, y es donde permanecen hasta el día de hoy.
Pero no vayas a creer que su tumba es un mausoleo de gran lujo y esplendor. Los restos están dentro de la pared de roca y los cubre una sencilla lápida ubicada en el presbiterio de la iglesia, y la puedes ver en el muro del lado derecho.
En la placa puedes leer claramente estas palabras: Aquí yacen los restos de D. Hernando Cortés, Marqués del Valle, Conquistador de México. F. 1547.
LOS RESTOS DE HERNAN CORTÉS REPOSAN EN UNA IGLESIA
Por lo mismo que unos antiespañoles gubernamentales quieren que lo ibérico desaparezca, como lo hicieron con la estatua de Cristóbal Colón y la calle de Pedro de Alvarado que cambió de nombre, ahora quieren minimizar a Cortés.
Por lo que sus restos, su figura y su legado son más que controvertidos, por eso su tumba es muy rústica, ya que para algunos, es un símbolo de colonialismo y de conquista y para otros, es un personaje histórico de gran relevancia.
Por lo que, si te interesa ir a conocer dónde está Hernán Cortés y estar muy cerca de sus restos, ve al Centro Histórico de la Ciudad de México, a la calle República del Salvador 119 y no hay pierde, porque está dentro de la Iglesia.
Así podrás estar brevemente inmerso en una página de la historia de México, la conquista y el legado de Cortés, que, con sus huesitos te dice que fue un personaje auténtico, que aunque muchos lo quieran o no, fue muy importante.
Y sí son los restos, ya que la INAH, con estudios serios y científicos han comprobado su autenticidad. Solo te pido que respetes la solemnidad del lugar, seas católico o de otra creencia, o no tengas una creencia.
La iglesia está abierta al público en general, obedece las indicaciones y los horarios de visita específicos, y aunque no te van a pedir dinero, echa una moneda a la alcancía, para el recinto y como un agradecimiento por estar ahí.
Ya que no todos los días puedes estar frente a la tumba, ante la auténtica tumba de Hernán Cortés…
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