Falso nacionalismo


Aunque se dijo en un principio que el excesivo número de peloteros extranjeros -20 por equipo- se disminuiría paulatinamente, por segundo año consecutivo y al cumplirse el centenario de la Liga Mexicana de Béisbol, se siguió con esa nociva práctica, que imita a la del fútbol que ha dado como resultado una mediocridad alarmante.
Cuando era menor el número de extranjeros, se buscaba traer calidad ante todo. Ahora impera la cantidad y no es de extrañar que un foráneo llegue a jugar hasta en tres equipos diferentes, obstaculizando el desarrollo de peloteros nacionales.
Los Diablos Rojos se vanaglorian de apoyar el talento nacional, pero solamente utilizan una tercera parte del line up con nacionales. Aún figuras emblemáticas como Yaphet Amador, han tenido que pasarse en la banca la mayor parte de la temporada, aunque anunció que es su temporada de retiro, luego de diez años con los escarlatas.
Para tapar un poco el malinchismo, los Diablos se ufanan de darle nueva oportunidad a los novatos nacionales.
El receptor de 17 años José Lavagnino recibió una oportunidad de batear al comenzar el juego contra los Conspiradores del 25 de abril, y aunque bateó de hit, fue retirado en segunda al intentar alargarlo a doble.
Un día después firmó un contrato de ligas menores con los Yanquis, que era el verdadero interés de los Diablos.
Ese mismo día, con el juego 17 a 5, el manager Lorenzo Bundy decidió darle oportunidad al pitcher novato Saul Arias, quien solamente pudo sacar un out, recibiendo cinco hits y cinco carreras.
Solamente ha subido al montículo en otras tres ocasiones más acumulando cuatro innings y un horrendo 31.50 en carreras limpias.
Asi pues se ve un panorama complicado para que se desarrollen los peloteros nacionales novatos.