Apagón en Central nuclear por culpa de un ataque de Rusia


La Chispa te trae una noticia del otro lado del mundo que ha encendido todas las alertas. Se trata de un apagón en Central nuclear en Zaporiyia, Ucrania, ocupado por Rusia. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), todas las líneas eléctricas externas fueron interrumpidas durante varias horas el pasado viernes. Afortunadamente, el suministro se restableció, pero el riesgo sigue latente.
El director del OIEA, Rafael Grossi, advirtió que la situación en Ucrania “sigue siendo extremadamente precaria”. La planta nuclear, aunque no está operativa, requiere energía constante para enfriar su combustible y evitar una catástrofe.
¿Qué pasó durante el apagón en la central nuclear?
El ministro de Energía ucraniano, German Galuschenko, denunció que el apagón fue provocado por un ataque ruso que afectó la línea eléctrica que conecta la Central Nuclear de Zaporiyia con el sistema eléctrico del país. Durante ese periodo, la planta tuvo que operar con generadores diésel para mantener estable la temperatura del combustible nuclear.
El incidente ha reavivado el temor a un posible desastre nuclear, dado que la central, la más grande de Europa, se encuentra muy cerca del frente de guerra. Esta zona ha sido escenario constante de tensiones y combates, lo que incrementa el riesgo de fallos críticos.
Restablecimiento y declaraciones oficiales
Tras 3 horas y media, se logró restablecer la energía eléctrica. Las autoridades prorrusas que gestionan la planta comunicaron a través de Telegram que no hubo alteraciones en las operaciones ni aumentos de radiación. No obstante, el organismo internacional ha advertido en repetidas ocasiones sobre los peligros de una operación inestable en estas condiciones.
Apagón en Central nuclear y sus implicaciones han puesto en alerta a toda Europa, considerando que incluso sin un accidente directo, un fallo en la refrigeración podría liberar material radioactivo.
¿Qué consecuencias podría haber a largo plazo?
A pesar de la rápida reacción técnica, el evento demuestra la fragilidad del sistema energético y de seguridad en zonas de conflicto. Un nuevo fallo podría generar consecuencias comparables a Chernóbil o Fukushima. Esta situación ha generado preocupación global, especialmente por la falta de acceso internacional para verificar condiciones reales.