Sheinbaum asegura “Del espionaje del pasado a blindar la seguridad sin vulnerar la privacidad”


En un momento de fuertes tensiones políticas y señalamientos cruzados, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo salió al paso de las acusaciones de la oposición, que advierte sobre supuestos riesgos de espionaje estatal con la recién aprobada Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Durante su conferencia de prensa, la mandataria federal no sólo desmintió tajantemente que la nueva normativa permita intervenciones arbitrarias, sino que recordó su propia historia de vigilancia ilegal cuando formaba parte de la oposición, subrayando que su gobierno no repetirá esos capítulos oscuros.
“Es absolutamente falso que el Estado vaya a espiar a la ciudadanía. Nosotros fuimos víctimas de espionaje y no vamos a caer en esas prácticas. Todo está claramente regulado por la Constitución”, expresó Sheinbaum, visiblemente enfática.
La nueva ley, que crea la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) en sustitución del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), ya fue enviada al Ejecutivo para su publicación. Para sus impulsores, representa una apuesta por la modernización digital y la seguridad pública; para la oposición, en cambio, abre la puerta a la vigilancia indiscriminada de comunicaciones privadas.
Sin embargo, Sheinbaum reiteró que toda intervención de llamadas o mensajes requiere la autorización de un juez, tal como lo establece el artículo 186 de la Constitución. “No hay ni habrá espionaje político. Hay procedimientos judiciales para investigaciones relacionadas con la seguridad pública, eso es todo”, puntualizó.
Sheinbaum asegura “Del espionaje del pasado a blindar la seguridad sin vulnerar la privacidad”
La mandataria aprovechó para explicar que uno de los propósitos de la reforma es fortalecer la búsqueda de personas desaparecidas mediante la homologación de sistemas de identificación como la CURP, además de crear una plataforma única de información en el marco del Sistema Nacional de Inteligencia e Investigación.
“Se trata de garantizar derechos, no de pisotearlos. Se miente deliberadamente cuando se dice lo contrario”, insistió.
La aprobación de esta ley se da en medio de un debate histórico en México, donde la memoria de los excesos de vigilancia ilegal y espionaje durante sexenios pasados sigue muy presente. Para la presidenta, la clave es la confianza en las instituciones, siempre con controles judiciales y un enfoque de derechos humanos.
Mientras tanto, el Congreso y los actores políticos continúan en la discusión pública. ¿Seguridad y modernización o una nueva amenaza a la privacidad? El reto para el gobierno será convencer, con resultados y transparencia, de que esta vez la tecnología servirá a la gente y no al poder.