IMSS Coplamar inicia nueva etapa: comunidades marginadas celebran acceso a atención médica universal


El decreto firmado este martes por la presidenta de México marca un antes y un después para millones de familias en comunidades rurales e indígenas que, por décadas, dependieron de un esquema limitado de atención médica. La integración del programa IMSS Coplamar al régimen ordinario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no solo amplía la infraestructura hospitalaria, sino que garantiza atención médica gratuita y especializada a habitantes de regiones históricamente olvidadas.
Zoé Robledo, director general del IMSS, destacó que Coplamar —creado hace 46 años para llevar médicos y medicamentos a las comunidades más apartadas— no desaparece, sino que se transforma para responder a las nuevas realidades demográficas y laborales de la población. “Hoy, campesinos, jornaleros y comunidades indígenas podrán recibir atención como cualquier derechohabiente, aunque no tengan un empleo formal”, afirmó.
Actualmente, el IMSS Coplamar cuenta con 81 hospitales rurales y más de 3,600 unidades médicas distribuidas en 19 estados. Con su integración, el IMSS fortalece su red con casi 3,000 camas, más de mil consultorios y la ampliación de especialidades médicas que antes eran inaccesibles en zonas de difícil acceso.
IMSS Coplamar inicia nueva etapa: comunidades marginadas celebran acceso a atención médica universal
Para cientos de comunidades, esta decisión significa algo más que cifras. En estados como Oaxaca y Chiapas, donde muchas familias deben recorrer horas para recibir atención básica, la incorporación de nuevas especialidades —como ortopedia y oftalmología— evitará traslados costosos y pérdida de jornadas laborales.
Se estima que más de 10 millones de personas, en su mayoría sin seguridad social, se verán beneficiadas de manera directa. Además, la plantilla de más de 28 mil trabajadores de la salud será reforzada, lo que también representa una oportunidad de empleo y arraigo para médicos y enfermeras jóvenes en sus lugares de origen.
El decreto consolida la aspiración de un sistema de salud más justo y equitativo, que cierre brechas entre quienes tienen seguridad social y quienes dependen de la solidaridad comunitaria. Para muchas familias, el derecho a la salud se vuelve, por fin, una realidad tangible.