Cuatro encíclicas que retratan el corazón pastoral del pontificado de Francisco


Con la publicación de Dilexit Nos, su cuarta y última encíclica, el Papa Francisco no solo cerró un ciclo de enseñanzas doctrinales, sino que consolidó un legado marcado por la compasión, la justicia social, la fraternidad universal y la defensa de la creación. A lo largo de su pontificado, el Santo Padre utilizó estos documentos solemnes como herramientas para iluminar el rumbo de la Iglesia en medio de un mundo cambiante, con profundas crisis humanas, sociales y ecológicas.
Desde su elección en 2013, el Papa argentino ha dado prioridad a una Iglesia “en salida”, comprometida con los más vulnerables, sensible ante las heridas del planeta y abierta al diálogo con creyentes y no creyentes. Cada una de sus encíclicas refleja esa mirada pastoral y, al mismo tiempo, profética.
Una fe que ilumina la historia
La primera encíclica de Francisco, Lumen Fidei, fue publicada en julio de 2013, retomando el trabajo iniciado por su predecesor, Benedicto XVI. Este texto se convirtió en un puente entre dos pontificados: una reflexión sobre la fe como luz que guía a las personas, no solo en su vida espiritual, sino en su relación con la verdad, la razón y el bien común.
El clamor de la Tierra y los pobres
En 2015, con Laudato Si’, el Papa dio un giro decisivo en la historia reciente del magisterio católico: abordó con firmeza la crisis ecológica y denunció el impacto del modelo económico global sobre la naturaleza y los más desfavorecidos. Esta “encíclica ecológica” no solo sensibilizó a millones de católicos, sino que fue celebrada por científicos, activistas y líderes de diversas religiones como un llamado urgente a la conversión ambiental.
Cuatro encíclicas que retratan el corazón pastoral del pontificado de Francisco
Un mundo sin muros
Cinco años después, en plena pandemia, Fratelli Tutti (2020) irrumpió como una propuesta de fraternidad y amistad social frente al aislamiento, la polarización política y el racismo. Inspirado en San Francisco de Asís, el Papa abogó por una nueva cultura del encuentro, en la que se prioricen la solidaridad y la dignidad humana por encima de intereses económicos o fronteras geográficas.
El amor que transforma
Finalmente, Dilexit Nos, publicada en 2024, pone el acento en el Corazón de Jesús como símbolo del amor que el mundo necesita recuperar. En un momento marcado por guerras, soledad y desencanto, Francisco propone “volver al corazón”, es decir, reencontrarse con la ternura, la misericordia y la centralidad del amor en la vida cristiana. El texto se inscribe en el marco de los 350 años de las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque, y es quizá la encíclica más espiritual y contemplativa del pontífice.
Un pontificado que habló con la fuerza de la palabra escrita
Más allá de las encíclicas, el Papa también dejó una huella indeleble a través de siete exhortaciones apostólicas, en las que abordó temas clave como la evangelización, la familia, la juventud, la santidad y la ecología. Documentos como Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia, Christus Vivit o Laudate Deum complementan su visión de una Iglesia cercana, alegre, misericordiosa y comprometida con la justicia.
A poco más de una década de su elección, el legado escrito de Francisco se perfila como un faro para la Iglesia del siglo XXI. Un legado que no solo dialoga con los desafíos del presente, sino que interpela a cada creyente a ser, como él mismo ha dicho, “instrumento de paz, de comunión y de esperanza”.