La violencia contra niños y adolescentes, víctimas del crimen organizado, ha impactado durante las últimas semanas a la Ciudad de México, principalmente en el Centro Histórico donde Yair, Héctor y Alessandro fueron asesinados y cuyos cuerpos abandonaron en un tambo y una maleta, respectivamente.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) tan solo en 2019 en CDMX y el Estado de México se contabilizaron 208 homicidios violentos de niñas, niños y adolescentes, de los cuales 122 ocurrieron en la capital y correspondían a menores de entre 15 y 17 años.
Sin embargo, de enero a octubre de este año más de 320 actos atroces como descuartizamientos, tortura, violación, así como calcinamientos contra menores de edad se han registrado en México según cifras de la organización Causa Común.
“Las niñas y niños también están atrapados en los círculos viciosos de la violencia que estrangula al país. Se abusa de ellos en los hogares y por parte de organizaciones criminales. Son presas fáciles, a quien se asesina con toda impunidad”, advirtieron.
Entre los casos más recientes se encuentran el de Yair de 12 años y Héctor de 14, hijos de indígenas mazahuas de San Antonio Pueblo Nuevo, Estado de México, quienes desaparecieron el 27 de octubre en calles del Centro Histórico y ocho días más tarde sus cuerpos fueron hallados en un tambo.
Dos semanas después, el 11 de noviembre, el cuerpo de Alessandro de 14 años fue encontrado en una maleta en la colonia Guerrero, donde dos adolescentes de 15 años fueron detenidos cuando transportaban los restos de la víctima.
El informe “Violencia, niñez y crimen organizado” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advierte que este sector de la población es uno de los más afectados por las diversas formas de violencia, entre las que se incluyen el actuar de los grupos delictivos.
Presas del crimen organizado
Desde 2011, Redim ya documentaba en su investigación “Infancia y Conflicto Armado en México” el patrón criminal del reclutamiento, desaparición, tortura, asesinatos, mutilación y exhibición de restos humanos de niños y adolescentes.
Este reclutamiento forzado representa un alto nivel de impunidad en las desapariciones y homicidios de menores de edad. En este sentido entre 2019 y 2020 un total de 273 niños y adolescentes fueron reportados como desaparecidos en la CDMX.
De estos casos 98 en total ocurrieron en la alcaldía Gustavo a Madero, mientras que 77 se reportaron en Iztapalapa y 67 en Cuauhtémoc, a esta última demarcación corresponden los casos de Yair, Héctor y Alessandro.
La preocupación incrementa cuando de cada 100 carpetas de investigación donde las víctimas son personas menores de edad solo tres alcanza algún tipo de sentencia o proceso.
“Cada día asesinan a 7 niñas, niños y adolescentes, y otros 7 más son desaparecidos en total impunidad”, denunció la Red.
Juan Martín Pérez, director ejecutivo de Redim, dio a conocer que los menores de entre 14 a 17 años son utilizados como informantes, también conocidos como “halcones” por los grupos de crimen organizado o bandas delictivas que operan en el país.
Las mujeres en el mismo rango de edad las convierten en esclavas sexuales, en algunos casos las obligan a infiltrarse en cárteles antagónicos, por lo que muchas de ellas son asesinadas.
En la Ciudad de México se tiene conocimiento que más de una decena de grupos delictivos que operan, de los cuales La Unión Tepito, así como la Anti-Unión, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se concentran en el Centro.
“La delincuencia organizada fue tomando el control territorial en las alcaldías, y definiendo dinámicas económicas y políticas de la ciudad. Su poderío territorial se hace evidente a través de los altos índices de impunidad”, explicó.
La presencia del crimen organizado en zonas de bajos recursos supone un riesgo para el sector, ya que se aprovechan de sus condiciones de vulnerabilidad y los utilizan para actividades de carácter delictivo como la extorsión o el traslado y venta de drogas.
La CIDH señala que los niños y adolescentes son sistemáticamente utilizados y manipulados dentro de estos grupos a fin de que se integren o colaboren bajo amenazas y engaños.
Al respecto, la Red por los Derechos de la Infancia ha documentado que los niños y niñas son involucrados desde los 9 años por la delincuencia organizada en actividades ilícitas que van desde la extorsión, piratería, narcomenudeo hasta el tráfico de personas.
“A partir de los 12 años, se les utiliza para cuidar las casas de seguridad y controlar que nadie se escape. Los más grandes, a partir de los 16 años, trabajan en ejercicios más violentos, como los secuestros, los asesinatos, y todos portan armas”, detallaron.
El propio secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, reconoció que el reclutamiento de adolescentes por parte de la delincuencia no es algo reciente en la capital, debido a que han detenido a jóvenes de 17 años o más chicos involucrados en homicidios, extorsiones y narcomenudeo.
Sin embargo, Yair tenía solo 12 años y su hermano Héctor 14 cuando fueron asesinados, algunas versiones apuntaban a que el crimen estaba relacionado con las diputas que mantiene La Unión Tepito y la Fuerza Anti-Unión en el Centro.
Lo cierto es que la violencia contra niños y adolescentes ha escalado y se ha hecho más evidente el dominio de grupos delictivos en la capital, así como la ausencia de políticas públicas que ayuden a reducir los altos índices de impunidad.