Este 2020 ha sido un año duro, extraño, complicado, pero que deja invaluables aprendizajes sobre el sentido de urgencia, el valor de atreverse, de la importancia de innovar y pensar diferente
Columna: Expedientes MX
Autor: Norberto Vázquez
Nadie dice que será fácil, pero tampoco es imposible. Congeniar una pugna política incesante entre izquierda y derecha, una azarosa crisis sanitaria, una recesión económica global y local, poner orden ahí donde el crimen organizado a cimentado un modo de vida, poder caminar en las calles sin la zozobra de la inseguridad, son al menos, los dilemas de todos, de más de 120 millones de almas que forjan a un país.
Hoy más que nunca, necesitamos reconciliarnos con la naturaleza, reconstruir con ella y con nosotros mismos un vínculo de vida y no de destrucción. El debate hoy, debe estar enfocado a la instalación de una agenda justa que pueda convertirse en una bandera para combatir no solo el pensamiento “de la división social”, sino también, de la narrativa de colapso que prevalece entre la derecha, y la persistente ceguera de la izquierda, de que el progreso y el desarrollo no hacen falta en México.
La pandemia del coronavirus, debe de dejarnos algo bueno como sociedad, nos debe de abrir a un nuevo proceso para rediseñar el futuro. A ojo de buen cubero, el sistema político mexicano se ha consumido, se necesitan nuevos cuadros para que se pueda activar no solo la imaginación política tras la necesidad de la supervivencia y el cuidado de la vida, sino también, para buscar el equilibrio entre nuevas y viejas luchas (sociales, étnicas, feministas y ecologistas), todo lo cual puede conducirnos a las puertas de un pensamiento integral, transformador, hasta hoy negado.
Resulta difícil pensar que el México anterior a este 2020, año de la pandemia, fuera un país “sólido”, en términos de sistema económico y social. El coronavirus nos está arrojando al ruedo, en el cual, lo que importa, son sobre todo los grandes debates: cómo repensar la sociedad de aquí en adelante, cómo salir de la crisis, qué Estado vamos a diseñar para ello, se trata de construir el futuro, sin divisiones, ni demagogias estériles.
Es por ello, que quisiera en estas líneas, contribuir a estos grandes debates, con una reflexión que propone avanzar de modo precario en algunas lecciones que nos ofrece la gran pandemia, y bosquejar alguna hipótesis, acerca del escenario futuro posible.
El 2020 ha sido de valiosas lecciones, muchas de las cuales ya son fórmulas conocidas que facilitarán las posibles problemáticas que enfrentemos el 2021, incluso hasta que se ofrezca la vacuna a toda la población y que resuelva la problemática sanitaria, que vendría siendo el problema más complicado, que enfrentará el país. Dicho de paso, una solución que no será rápida, y que deberá pasar por distintos procesos hasta alcanzar los objetivos deseados.
Este 2020 ha sido un año duro, extraño, complicado, pero que deja invaluables aprendizajes sobre el sentido de urgencia, el valor de atreverse, de la importancia de innovar y pensar diferente. Un año que enseñó a mostrar y potenciar el talento, a colaborar entre todos como una gran red. Hay que extraer el conocimiento hasta en las situaciones más difíciles, y estamos en el medio de un capítulo que aún se está escribiendo y será recordado por décadas.
Apliquemos lo aprendido, cada uno en nuestras especialidades y en nuestra concepción humana, es la única manera en que podremos avanzar hacia la reconstrucción y el desarrollo.
México ya no puede seguir atrapado, en la pugna social, en las diferencias ideológicas, entre rivalidades de izquierda y derecha, entre los dos países el del norte y del sur, en el falso discurso neoliberal que ha generado ricos y pobres.
México, y el país pots Covid-19 que nos espera, está ya a la vuelta de la esquina.
Para llevar…
Según un informe del INEGI, en los más recientes 5 años, se vieron beneficiadas poco más de 86 millones de personas por cerca de las 38 fundaciones más importantes del país, como muestra de que el trabajo solidario de la sociedad civil ha ido a la par o por encima de las acciones gubernamentales.