Aportaciones presidenciales históricas
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas, la historia registra en sus páginas los hechos más relevantes de aquellos que tuvieron la oportunidad de conducir a sus naciones a mejores estadios de bienestar. Los pueblos guardan en la memoria el respeto de aquellos que lograron los grandes avances en beneficio de la gente. Por eso, cuando un gobernante por muy pequeño que sea, del poblado que sea, del estado que sea, siempre le temen al registro de esa historia, pero sobre todo, a la aparición negativa de los hechos que protagonizaron.
En lo personal desconozco lo que piense Andres Manuel Lopez Obrador acerca de las consecuencias de sus decisiones al frente del Gobierno Federal, pero también tengo que señalar qué hay muchos que hasta ahora siguen siendo sus más acendrados malquerientes, a causa de su terquedad por demostrar que él es el que manda, y puede hacer lo que le venga en gana con el país. Para decirlo más claro, su empecinado voluntarismo lo ha llevado a los límites de la cordura, a la vez que al paroxismo de la locura.
Agustín de Iturbide aceptó el trono de México, pero fue un independentista que la propia historia lo ha relegado porque se convirtió en villano. Lo sucedió José Miguel Ramon Adaucto Fernandez y Felix, mejor conocido por Guadalupe Victoria. Después vendría la etapa en la que Antonio Severino de Padua López de Santa Anna ocupara la Presidencia de la República once veces, y vendió Texas California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado y Utah. Benito Juárez ha sido uno de los más sobresalientes aportando el ideario liberal. Después estaría Sebastian Lerdo de Tejada, que elevó las Leyes de Reforma al rango Constitucional.
Porfirio Díaz Mori estuvo en el poder desde 1876 a 1911, y aunque a muchos no les gusta su obra, situó a México en el Concierto de las Naciones. Su mayor equivocación fue anular la libertad de Prensa, al igual que lo ha hecho Andres Manuel Lopez Obrador, quien se parece más a Porfirio Díaz que a Benito Juárez. Don Francisco Indalecio Madero, promulgó el Plan de San Luis con el que se restituyeron las tierras a los campesinos, y de él se asume el lema actual de “Sufragio Efectivo, No reelección”. Lo sucedería Pedro Lascurain, y después llegaría Victoriano Huerta.
En este país hemos tenido infinidad de hombres al frente del Ejercicio del Poder Público. Y muchos de ellos se llenaron las manos de sangre. Los asesinatos de Francisco Madero, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, marcaron una época en la que la violencia alcanzó al poder. La posrevolucion fue dominada en su mayoría por los herederos de la Revolución encarnados en lo que fue el Partido de Estado, cuyos integrantes estuvieron al frente del país hasta el principio de este siglo.
Hoy por desgracia tenemos a un sujeto desalmado que dejo morir a los niños con Cáncer, lo que para muchos de nosotros no es otra cosa que un infanticidio masivo protagonizado por Andres Manuel Lopez Obrador, y que no puede quedar impune, pero lo más graves es que ha intentado someter a los otros poderes del Estado Mexicano, y que ahora se ha empecinado en sitiar a la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo que equivaldría a un Golpe de Estado que los mexicanos nunca perdonaríamos. El hombre que tuvo todas las oportunidades para convertirse en un referente de la historia, ha elegido el deshonroso sitial de Tirano. Allá él y sus ladrones hijos. Porque nosotros se las cobraremos, antes de que la propia historia los juzgue. Al tiempo. Vladimir.galeanagmail.com
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación
